Los habitantes de Toro se congregaron junto a la iglesia de Santo Tomás Cantuariense para disfrutar de una nueva mañana del domingo de Ramos organizada por la Asociación Santo Sepulcro y la Soledad. La procesión de la Borriquilla, también conocida como la de los niños, congregó a multitud de devotos cerca del templo y en las calles adyacentes por donde transcurrió la ceremonia católica. Tanto aquellos que desfilaron, como los que se acercaron para ver el evento, sostenían los ya famosas ramos de laurel y las palmas amarillas, reservadas para los más pequeños del lugar.

El reparto de las ramas retrasó unos minutos la salida de la procesión. Pasado el mediodía, el párroco local, Roberto Castaño, llevó a cabo la bendición de los ramos y procedió a la lectura que narra la entrada de Jesús en Jerusalén y que corresponde al evangelio de San Mateo. Una vez finalizados los prolegómenos, la imagen de Jesús a lomos de la borriquilla partió de la iglesia de Santo Tomás, portada por jóvenes, tal y como es habitual en esta celebración. El séquito procesional lo completaron las autoridades civiles, tanto el equipo de gobierno, como la oposición, procesionaron junto a la imagen hasta su llegada a la Colegiata.

No solo los asistentes al desfile religioso llevaban sus mejores galas, sino que también destacaba la presencia de arreglos y adornos que colgaban de los balcones de los edificios que parapetaban la procesión. Banderas de España, mantones de punto, palmas y ramos de laurel copaban las fachadas de las casas que a izquierda y a derecha componen la arquitectura de la calle Corredera.

Toro brindó su bienvenida a Jesús de Nazaret en la plaza de Santa Marina, la Puerta del Mercado, pasando por la Plaza Mayor hasta arribar a la Colegiata de Santa María la Mayor. Ya en el templo se celebró una eucaristía. Misa que también tendría lugar a esa misma hora, en Santo Tomás Cantuariense y que tuvo su eco previamente en San Julián a las once y media de la mañana y durante el mediodía en la parroquia de San Juan Bautista de Tagarabuena.

El domingo de Ramos es el día de la juventud, por la mañana las nuevas generaciones beben de las tradiciones que dibujan la Semana Santa de Toro y por la noche la cofradía de los "jóvenes" procesionan al Santísimo Cristo.