La Semana Santa es, ante todo y por encima de todo, tradición. Ayer por la mañana le tocaba a los pequeños conocer las tradiciones que hacen que sus padres salgan cada semana de pasión a recorrer las rúas que dibujan la antigua ciudad de Toro. Para ello, la cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla planificaron el taller "Pequeños Cofrades". La actividad consistió en pasar la mañana en la iglesia de Santa Catalina, sede de la hermandad, para aprender el acervo que construye a esta vetusta congregación. Para ello, los futuros cofrades se sirvieron de pinturas y plastilinas para plasmar dibujos relacionados con la Semana Santa toresana, así como de pequeños pasos, construidos a medida, para que los niños y niñas bailaran las imágenes a escala.

Cruces, vírgenes, cristos, hábitos de cofrade, decenarios, rosarios? fueron los temas que poblaron el mural que alrededor de 25 niños configuraron bajo la atenta mirada de los padres, miembros de la cofradía. Los dibujos, al finalizar la actividad, fueron expuestos junto a los pasos que desfilarán la madrugada del viernes por la ciudad. Posteriormente aprendieron a desfilar en penitencia y a cargar las figuras más representativas de la pasión.

Los "cagalentejas"

Entre actividad y actividad, los futuros cofrade, abades y presidentes de la cofradía Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla, aprendieron algunas de las vicisitudes que hacen única a la cofradía que procesiona el viernes Santo. Una de ellas, quizás la más interesante, es la figura del conquero o "cagalentejas". Esta tradición, que nació con los albores de la cofradía, todavía se mantiene hoy en día. El jueves santo a las 12 de la mañana se lleva a cabo la breve ceremonia que nombra a los conqueros de cada año. Estos, ataviados con las túnicas que dan nombre a su labor, piden diezmo por la calle. El sobrenombre de "cagalentejas" se debe a que este trabajo era desarrollado antaño por aquellos que vivían en la miseria; por realizar la labor de cuestación eran recompensados con una buena comida, generalmente un buen potaje de lentejas que dio paso al apodo en cuestión.

La cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla es una de las más antiguas e importantes. La preocupación por su perduración en el tiempo es por tanto lógica, como también lo es que cuando se hable de futuro se mire a las nuevas generaciones. Con actividades como estas, las hermandades de Semana Santa pretenden llamar la atención de los más pequeños e introducirlos de una forma amena en la pasión semanasantera.