Pedro García, archivero y presidente del Vía Crucis apuntó a la figura de Ursicino Álvarez para vincular, en la misma época de finales del siglo pasado, el nacimiento de la Junta de Semana Santa y de El Correo de Zamora, cabecera que, en unión a La Opinión, cumple 120 años. García constata que la Semana Santa de Zamora vive una época de esplendor porque "recoge los frutos del buen trabajo realizado a partir de la mitad de la década de los 80". Y, como siempre, claro y directo, dejó un mensaje para la reflexión: "las instituciones deberían coadyuvar suficientemente" con un fenómeno, como es la Semana Santa, que no sólo es un hecho religioso, también se ha convertido en un "signo de identidad colectivo de Zamora" y sobre todo, de cara a este aspecto del apoyo económico, "tiene una fuerte repercusión en el PIB (producto interior bruto de la ciudad)". Porque el atractivo de la Semana Santa para la gente "no beneficia solo a la hostelería, ya que ellos también deben procurarse pan, peces y vino" para atender a la clientela. "Aunque sólo fuera por su repercusión en el PIB habría que cuidar cuanto menos a la puesta en escena de la Semana Santa. ¿Eso significa pedir duros? Significa hacer un balance de resultados: esta partida que tengo de gasto, ¿Cuántos ingresos genera en la ciudad?". Dionisio Alba destaca también el papel catalizador de la Semana Santa: "Es lo que está uniendo a los zamoranos".

"Ser cofrade es pertenecer a una asociación de fieles católicos"

"Es lo que está uniendo a los zamoranos de todos los niveles"

"Manchamos a las cofradías con rencillas personales"

"Las instituciones deben reconocer lo que aporta la Pasión al PIB"