El rostro agonizante del Santísimo Cristo de las Injurias, una de las imágenes mas veneradas de la Semana Santa de Zamora, discurrirá esta tarde por las calles de la ciudad en una procesión en la que regresa el pebetero nuevo de la Torre del Salvador. Su restauración ha conllevado, entre otras mejoras, la sustitución del bastidor y de los banzos, que ahora tienen un metro más de longitud, lo que permitirá que cargue un hermano más por cada anda.

El pebetero pequeño también aguarda novedades ya que deja el cargo su jefe de paso, Fernando Amigo, para dar el relevo al joven Pablo Alonso.

El juramento de silencio en la plaza de la Catedral es uno de los momentos más solemnes de la procesión y de la Semana Santa zamorana. Las más de 2.000 voces masculinas jurando sellar sus labios durante el recorrido congrega junto a la Seo a miles de zamoranos testigos del momento.

El hermano emérito Enrique Crespo, cirujano de procesión, será el encargado de encomendar la plegaria y ofrecer el silencio de la ciudad. Aunque nació en Madrid, el profesional se siente zamorano, tal y como él mismo se autodefine. Será el segundo año que alguien que no es el alcalde de la ciudad sea el protagonista de la plegaria.