A los zamoranos se les apunta en las cofradías al nacer. Se ha dicho siempre y no es un tópico. Izan Manzano Mollón nació el pasado 18 de diciembre y este Lunes Santo, poco más de tres meses después, será el cofrade más joven de La Tercera Caída y uno de los benjamines de toda la Pasión zamorana. Como privilegio, portar la cruz pectoral cedida a la hermandad por el artista José Luis Alonso Coomonte, padre de la estética de la noche del Lunes Santo.

"Fuimos a apuntarlo a La Tercera Caída y nos confirmaron que sería el hermano más joven, fue toda una sorpresa y un orgullo", reconoce Sandra Mollón, la madre de Izan, mientras prueba el minúsculo traje al pequeño. Se decantaron por la hermandad porque "somos de San Lázaro de toda la vida y la mayor parte de la familia desfila en la procesión". Con menos de cuatro meses de vida, lógicamente Izan no podrá caminar en las filas de la procesión, ni tampoco portar el hachón rematado en farol, clásico del Lunes Santo. Será su abuelo Miguel quien lo lleve en brazos durante el recorrido, en la cabeza del desfile tras las cruces de Coomonte.

A la vista del traje, cabe preguntarse quién es el responsable de tal artesanía. "Ha sido Nati, una amiga, quien se ha encargado de hacer la túnica. Le estamos muy agradecidos porque, además, se ha hecho 200 kilómetros para traérnoslo y que estuviera a tiempo", enfatiza la madre. Y a fe que la autora de la vestimenta no ha escatimado detalle: túnica de raso negro con botones rojos, capa blanca con el emblema de La Tercera Caída y un pequeño capillo en lugar del caperuz que lucirá cuando sea mayor. No llevará hachón, pero sí la medalla de la hermandad.

Cuando esta noche se abran las puertas de la iglesia de San Lázaro, las miradas estarán puestas en La Despedida, Jesús Caído y La Amargura? pero muchos se preguntarán quién es el pequeño que desfila en brazos del abuelo, símbolo del relevo generacional de las cofradías zamoranas, que lejos de mostrar desapego por su Semana Santa, la reciben y defienden como su tesoro más preciado. "Esperemos que le guste, será un recuerdo para toda la vida", afirman Ramiro y Sandra, los padres del pequeño. Y también una de esas historias que se contarán siempre en las reuniones familiares y de amigos.