"Lo hemos hecho con el máximo respeto y atendiendo a idear algo simpático". Así describe el diseñador zamorano Javier Garduño una de sus últimas creaciones: una caja que contiene los ingredientes principales de uno de los platos más típicos de la Semana Santa zamorana, el dos y pingada, que no falta en casi ninguna casa de la ciudad el Domingo de Resurrección y que ofertan ese día todos los bares y restaurantes de la capital.

La idea surgió tras la petición de un cliente del estudio, la carnicería Díaz Roma. "Sus dueños son muy semanasanteros y querían algo original para poder vender los productos de dos y pingada. Yo sabía que había que hilar muy fino con el tema de la Semana Santa zamorana, para no herir sensibilidades", reconoce prudente el diseñador.

El resultado no puede ser algo más sencillo y a la vez más atrayente: una caja de cartón que contiene media docena de huevos y jamón para tres raciones de dos y pingada, con un exterior que representa el paso del Jesús Resucitado, al que no le falta detalle. "Es algo bonito y que además tiene un significado. No se trata de algo muy innovador, pero sí que llega a todo el mundo con cierta simpatía", argumenta Garduño.

A pesar de ello, el diseñador quiso primero enseñar la idea a conocido amantes de la Semana Santa para ver su reacción. "Solo con verles las caras, supe que habíamos acertado", admite.

Se trata de una edición limitada de dos mil ejemplares, aunque viendo la gran acogida que está teniendo el producto, teme que se hayan "quedado cortos" con esta partida. "Es algo muy puntual, que estará en la carnicería para que lo compren no solo los zamoranos que elaboren este plato, sino también todos los turistas que vengan estos días, porque es un recuerdo diferente", sugiere.

Finalmente, el producto no termina con el disfrute de los huevos y el jamón en el plato. La caja se puede reutilizar recortando la figura del Resucitado que está en la base y sacando hacia fuera las piernas de los cargadores de cartón. "Este recortable es también una forma de interactuar con los niños, hacerles partícipes desde pequeños de la Semana Santa zamorana e incluso coleccionar la caja", sugiere Garduño para finalizar.