Un esfuerzo "indescriptible" por mantener una tradición y amarla. Francisco Somoza, el pregonero de la Semana Santa 2017 del Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, aprovechó su discurso para agradecer la labor que calladamente hacen los zamoranos en estas fechas. "Gracias, porque solo desde el respeto al pasado es posible construir el futuro", subrayó durante su intervención en el paraninfo del Colegio Universitario, adornado para la ocasión por la profesionalidad de Joaquín Ramos y las acuarelas que el propio pregonero suele realizar de los momentos más entrañables de la Pasión zamorana.

Sobre el escenario, el Bombardino, Eduardo Vidal, fue el encargado de iniciar el acto, para pasar después la palabra a Somoza, que se sintió arropado también con la participación del coro de la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Amparo, dirigido por Pablo Madrid.

"Que el silencio profundo, reflexivo y necesario siempre, no se convierta nunca, que nadie lo confunda, con el indeseado silencio de la conformidad", apuntó sobre el ambiente que en próximas fechas se dejará notar en las calles de la capital. En ese mismos sentido, Somoza invitó a que la aceptación de la realidad zamorana "no sea igual a resignación. Que el silencio y el reconocimiento de nuestro carácter, sean los puntos de partida para lograr que nuestra sociedad sea más próspera y más justa para que todos seamos mejores", apostó el pregonero.

Somoza recorrió con sus palabras cada una de las procesiones de la Semana Santa zamorana, desde el traslado del Nazareno -"al que acompañan las gentes del precioso barrio de San Frontis, corazón de la ciudad por un día"- hasta el Domingo de Resurrección, cuando "vuelve la luz, la vida, después de tanto dolor y tanta muerte. Regresa la alegría".

Entre ambos, el pregonero hizo viajar al público por diferentes rincones de la ciudad y revivir, tan solo unos días antes de que se ponga en marcha la semana más importante de la capital, los desfiles que sacan a la calle a cientos de personas. "Todo se paraliza, solo la naturaleza parece seguir su curso, y son la luz, el color y los aromas los hilos que entretejen la memoria", describe.

Sobre las imágenes que procesionan, Somoza puso especial atención en el Cristo de la Agonía, de la Hermandad Penitencial de la Sietes Palabras, tallado por Antonio Tomé Diego en los primeros años del siglo XVIII, "con sus palabras que nos enseñan que se puede morir por una idea, pero nunca matar por ella".

También tuvo bellas palabras para una de mas imágenes más veneradas por los zamoranos, la Virgen de la Soledad, haciendo suyas las palabras de Fernando Ónega. "La virgen bonita. La virgen de Zamora. La virgen del dolor inmenso, de la lágrima en la mejilla, de las manos entrelazadas y del pie descalzo, que se eleva sobre una nube de velas y flores y se convierte en Majestad. Señora de la Semana Santa de Zamora. Señora del corazón de los zamoranos".

Con los cinco sentidos

En estos días, "más que nunca", la ciudad para el pregonero "es la de los cinco sentidos", puesto que en esa semana "no se pasea, se va de un lado a otro, de sorpresa en sorpresa. Viendo, escuchando, sintiendo, acariciando cada esquina con nuestras miradas, oliendo los aromas que evocan los recuerdos", explica, para finalizar solicitando a los asistentes que "aunque muchos no quieran cambiar nada de esta ciudad, al menos, habría que cambiar la forma de mirar y de mirarnos".