Restaurador de bienes culturales, Manuel Villarino comenzó años atrás a interesarse por el patrimonio textil de las cofradías, un mundo tan apasionante como desconocido. Este viernes, ofreció algunas de sus claves en la sede de Jesús Nazareno.

- ¿Por qué es poco habitual que se hable del patrimonio textil en la Semana Santa?

-Porque estas piezas muchas veces nos pasan desapercibidas. Valoramos las tallas o las mesas, pero estos elementos fueron siempre secundarios aunque en realidad son fundamentales.

- También las que más sufren, ¿verdad?

-Precisamente por ese desconocimiento. Ponemos énfasis en conservar una imagen de madera, pero desconocemos cómo tratar el patrimonio textil. No es como una prenda nuestra, debemos saber guardarlo y conservarlo. Por eso mismo, muchas piezas se han conservado mientras que otras han acabado perdiéndose.

- ¿Qué elementos textiles son los más habituales de la Pasión zamorana?

-Desde el momento en que las cofradías deciden cambiar las faldillas de los pasos -antes tenían unos bordados en oro fantásticos- lo que nos queda de mayor valor son las túnicas de los nazarenos y los mantos de las Vírgenes, un patrimonio importante.

- Y el terciopelo como lo más lujoso, ¿o es un mito?

-Claro, el terciopelo es junto con la seda el tejido más rico.

- Por cierto, ¿qué opina de esa dicotomía que se da en imágenes como La Soledad, con su manto "rico" y su manto "pobre"?

-El manto bordado de La Soledad se hizo al mismo tiempo que se tallaba la imagen. Si nos ponemos puristas, la imagen original de La Soledad tiene más sentido con los bordados. Intuyo que la túnica sencilla sigue el modelo de cómo se vestía la imagen anterior.

- La Congregación apostó hace pocos años precisamente por recuperar el manto original del que habla...

-Sí, es bastante más corto que el moderno por una sencilla razón. Se estrena con la imagen en 1886 cuando la mesa seguramente tenía menos de la mitad de tamaño que la actual.

- ¿Qué opina de la labor de recuperación de cofradías como Jesús Nazareno o Nuestra Madre?

-Aunque supone un desembolso importante, es un acierto. Las imágenes iban bien vestidas en el siglo XX, pero no con la estética original del XIX. Recuperar el patrimonio antiguo resulta fundamental.

- ¿Qué otros elementos destacaría de Jesús Nazareno?

-Es muy importante la túnica del Nazareno de La Caída, bordada también por el autor del manto de La Soledad, Mireles; la del Nazareno del "Cinco de Copas" o La Verónica, bordada ya en el siglo XX.

- También los nazarenos apostaron por esa doble versión, con una indumentaria más austera...

-Tanto el Nazareno de San Frontis como el de La Caída desfilaron con la túnica de lana blanca. Hubo una corriente para "austerizarlo" todo, pero eso no quiere decir que aquello fuera más o menos zamorana.

- ¿Qué opina del traje de percal negro que visten los cofrades de La Congregación?

-Que este sí que es "a la zamorana", con ese capuchón redondo como el de Bercianos. El caperuz en forma de cono "a la manera sevillana" se trajo de Andalucía.

- Pero también hay otras túnicas, las monacales, que se incorporaron en el siglo XX en las procesiones nocturnas, ¿cree que hacen más rica la Pasión?

-La lana de por sí es un material muy de la zona. La estética monacal es apropiada para una Semana Santa "austera". Es un acierto, aunque estas procesiones no existían en el siglo XIX. Esa austeridad "se inventó" en el siglo pasado.

- La conversación nos lleva hacia una prenda muy especial: la capa parda de Aliste...

-Es una capa muy especial porque no fue creada para desfilar en una cofradía. Cuando la Hermandad de Penitencia comenzó a usar las capas que los pastores empleaban para protegerse del frío las críticas no se hicieron esperar.

- ¿Qué consejo daría a las hermandades zamoranas sobre su patrimonio textil?

-Lo primero es dar a conocer ese patrimonio. Sabemos el trabajo que conlleva una talla, pero no el que implica bordar una túnica. Desde ese conocimiento, las cofradías aprenderán a valorar y conservar esas piezas.