"Una mujer presidenta, algo impensable hace diez años, cuando yo llegue aquí. Cómo cambian los tiempos, ¿eh, don Félix?". Se dirigía de esta forma el obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán al abad de la Buena Muerte, Félix Gómez, como representante de una de las pocas cofradías que quedan ya en Zamora que no admite la entrada de mujeres (Yacente, Tercera Caída y Silencio tampoco admiten féminas). Fue sin duda la anécdota más divertida de una asamblea en la que el prelado no tuvo que sacar el látigo para reprender a los representantes de una Semana Santa de la que "estoy al tanto de todo, gracias a Joselín", referencia cariñosa al responsable del asunto y vicario, José Francisco Matías Sampedro. "Lo que uno se propone se puede conseguir", dijo el obispo, en referencia a los trabajos por el nuevo Museo de Semana Santa: "Tardará más o menos, pero si se quiere, se consigue". Hizo don Gregorio varias reflexiones. Una, defendiendo la figura del capellán de las cofradías como "algo esencial. No es una figura decorativa". Hizo un llamamiento expreso al trabajo conjunto de capellanes y directivas. Se mostró muy satisfecho por la existencia de una "bolsa de caridad y social" que va creciendo en todas las hermandades. Y mostró su agrado por los ritos de entrada que se estilan en muchas de las cofradías, para recibir como se merece "la pertenencia a la cofradía". También animó a organizar más actos religiosos de todo tipo en el tiempo que media hasta las procesiones. Durante la asamblea intervino también el subdelegado del Gobierno, Jerónimo García Bermejo, quien además del apoyo de la Policía Nacional anunció la próxima visita del responsable de la Agencia de Meteorología de Castilla y León.