La Cofradía del Silencio ha actuado sobre el pebetero de la torre del Salvador para solucionar los problemas existentes en la carga. La reparación ha conllevado el desmonte total de la estructura, lo que ha permitido comprobar que "los banzos estaban fuera del bastidor" y descubrir que en su interior "tenía dos altavoces para oír el sonido de la Bomba de la Catedral", según explicaron fuentes de la hermandad durante la asamblea general ordinaria celebrada ayer en el salón de actos del Museo de Semana Santa.

La intervención, que ha durado cuatro meses y ha supuesto una inversión de 6.694 euros con cargo al presupuesto de este año, ha implicado la sustitución del bastidor y de los banzos que ahora miden un metro más, lo que permite un cargador adicional en cada uno. Además todas las piezas se ha marcado "con letra y número" para facilitar futuras mejoras. El pebetero grande también lo han limpiado, un proceso que tuvo que hacerse de manera manual, y posteriormente lo han barnizado. A mayores han instalado una iluminación led que requiere de una batería más pequeña, con lo que "se ha conseguido disminuir 15 kilos de carga" ya que el peso total asciende a "649,10 kilos".

La reforma del pebetero centró la mayor parte de la asamblea en la que el presidente de la cofradía, Rufo Martínez de Paz, informó de que el jefe del pebetero pequeño, Fernando Amigo, había presentado su renuncia tras 50 años vinculado a él, y que el nuevo jefe de paso, por elección de los cargadores, era Pablo Alonso Vicente.

En el informe de presidencia pidió autorización, que le fue concedida, para solicitar la sala de la Encarnación para la Cuaresma del próximo año con el objetivo de montar una exposición donde se puedan exhibir algunas de las fotografías hechas por Félix Marbán, banderas y otros elementos de la hermandad con motivo del décimo aniversario de su reconocimiento como Real Hermandad del Cristo de las Injurias. Martínez de Paz también se congratuló de la "senda positiva" abierta al desligar la plegaria de la política y aludió a la oración hecha por Luis Jaramillo, quien "nos emocionó con sus palabras como hará Enrique Crespo", el hermano que efectuará la oración el Miércoles Santo.

El Silencio ha tenido el pasado año unos ingresos de 48.476,30 euros, con 35.370 euros procedentes de las cuotas de los hermanos, y unos gastos por valor de 38.893,18 euros, con 4.150 euros destinados a la obra social, repartida entre un grupo de jóvenes de San Lorenzo, 1.150 euros, así como mil euros a la parroquia de San Frontis y la misma cantidad aportada al Cabildo y a Menesianos. Además la directiva, tras un estudio jurídico, ha desechado la idea sugerida por un hermano de poner en marcha una fundación.

En cuanto a la revista, la portada será un detalle de la mesa dibujado por Anselmo Esteban, contendrá tres entrevistas y "colaboraciones interesantes".

Este año tramitarán 31 altas y los nuevos hermanos tendrán su rito de entrada el 18 de marzo a las 19.15 horas en la Catedral. Habrá 21 mayordomos, uno más de que ordinario tras aprobarlo la asamblea una vez que la directiva comentó que "el corte se hace entre dos hermanos de sangre que se apuntaron a la vez".

El cobro de los recibos no domiciliados será el 31 de marzo de 19.00 a 21.00 horas y el 10 de abril, de 12.00 a 14.00 horas.

En el capítulo de ruegos y preguntas, un cofrade propuso cambiar las varas de los eméritos porque "son muy incómodas" y otro hermano sugirió recuperar los antiguos faroles de la mesa del Cristo, propuesta que "podría estudiarse para el nuevo convenio con Simancas", mencionó Rufo Martínez.