La Junta pro Semana Santa busca el apoyo del cofrade de a pie para hacer realidad su propuesta: transformar la plaza de San Martín en el nuevo museo con un edificio que destaque por sí mismo como un monumento arquitectónico que identifique a la Zamora moderna y, a la vez, sirva de enlace con el símbolo de una de las tradiciones más arraigadas y antiguas de los zamoranos.

Los semanasanteros estudian realizar una recogida popular de firmas para elevar al Pleno del Ayuntamiento de Zamora una moción ciudadana para el debate y aprobación, si procede, por parte de los grupos políticos, de la actuación urbanística. La iniciativa popular necesita un mínimo de 6.500 firmas. La decisión final la tomará el Consejo Rector en una reunión que se celebrará en la semana entrante.

Que San Martín acabe alojando el Museo no se presenta como tarea sencilla. Existen serios obstáculos, aunque no imposibles de sortear, en el terreno legal del Urbanismo. Los problemas quedaron reflejados en el informe de los servicios jurídicos del departamento de Urbanismo del Ayuntamiento de Zamora. Por un lado se requiere las modificaciones del Plan General de Ordenación Urbana así como del Plan Especial del Casco Histórico. Se trata de una operación inédita en Zamora, la conversión de una plaza pública que pasaría a tener otra clasificación urbanística, la de equipamiento en el caso de construirse un museo privado.

Y, sobre todo, habría que encontrar una fórmula para adaptarse a lo que establece la Ley de Urbanismo de Castilla y León. Con arreglo a esa normativa, de 1999, la aprobación de las modificaciones que afecten "a espacios libres públicos o equipamientos públicos, existentes o previstos en el planeamiento", requerirá "la sustitución de los que se eliminen por otros de superficie y funcionalidad similar, salvo cuando, en el caso de actuaciones de rehabilitación, regeneración y renovación urbana, se acredite el mayor interés público de otra solución".

El Reglamento de Urbanismo de Castilla y León, de 2004, incide en su artículo 172 en estos mismos aspectos y determina que la superficie destinada a sustituir el espacio de uso público, cuando se trate de suelo urbano consolidado, como es el caso, debe ubicarse "en la misma unidad urbana o bien en un sector de suelo urbano no consolidado o suelo urbanizable colindante, pero sin disminuir los espacios libres y equipamientos públicos propios de dicho sector".

La Junta pro Semana Santa expresó en su día su disposición a permutar el solar del actual Museo, fruto de la ayuda de la Cámara de Comercio. Pero, al mismo tiempo, señala el apartado 2 del citado artículo que recoge las salvedades a todas las disposiciones anteriores, cuando "la modificación (urbanística) tenga por objeto la planificación de actuaciones de rehabilitación, regeneración y renovación urbana y se acredite el mayor interés público de una solución diferente".

Este enunciado, que viene a reforzar la filosofía recogida por la Ley de Urbanismo de 1999, hace creer a los defensores de la construcción del Museo de San Martín que las posibilidades legales del empeño tienen garantía de éxito.

Para ello, hacen valer que dicha intervención podría enclavarse dentro de una operación de "regeneración urbana" de una plaza que quedó gravemente alterada tras la construcción del aparcamiento subterráneo, hasta el punto de haber sido despojada de su personalidad histórica con la eliminación de elementos como el Arco del Pescado y el templete, además de haberse degradado notablemente como zona verde, lo que ha motivado la devaluación y cierto abandono de esa parte de la ciudad.

En cuanto al interés público, señalan que, al igual que el propio conjunto histórico del casco antiguo de Zamora, la Semana Santa de la capital ha sido también declarada Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Castilla y León. Resaltan que en torno a la Pasión se mueve no sólo un patrimonio religioso y cultural, sino que la celebración depara a la ciudad buena parte de su PIB anual.

El nuevo concepto de Museo que pretenden llevar a cabo mediante una construcción "emblemática" supondría, en su opinión, una fórmula para atraer más visitantes durante el resto del año. Pero además, Zamora recuperaría el protagonismo perdido a raíz de la laxitud en las exigencias para conseguir distinciones como la de Interés Turístico Internacional y que merece por su singularidad frente a otras celebraciones que ahora disfrutan otras provincias colindantes.

Para los representantes de las cofradías no resulta de recibo que existan ya proyectos de museos similares en León, donde se invertirán 5 millones con ayuda de la Junta de Castilla y León, que el de Valladolid esté consolidado, mientras Zamora, una seria aspirante a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad ante la Unesco, sigue esperando el respaldo de las autoridades, en este caso del Ayuntamiento, para ocupar el plano que le corresponde por méritos propios.