Las damas, devotos de la Virgen de la Soledad y la directiva de la Cofradía de Jesús Nazareno estuvieron toda la jornada de ayer pendientes del cielo y de las previsiones. La situación pintaba mal. Se preveía lluvia en la salida, y la hubo luego, en abundancia, tanto que hasta que hubo que suspender el desfile ya iniciado y al que acudieron miles de damas.

Con una estimación de ausencia de precipitaciones durante "hora y media" y "con riesgo" a partir de ese momento, el presidente de la Congregación, Miguel Ángel Hernández, tras consultar a su directiva y al enlace con la Aemet, tomó, a las 20.00 horas, la decisión de salir y realizar el recorrido largo. "Si se complicara acortamos por la calle Benavente y si comienza a llover mucho, le ponemos un plástico a la imagen", comentaba el máximo responsable de la Cofradía, instantes antes de que la Virgen, realizada por Ramón Álvarez, saliera por la puerta de la iglesia de San Juan.

Sus miles de damas y otros tantos zamoranos, la esperan en la calle. La imagen salió a los acordes del himno nacional, interpretado por los músicos de la Banda de Música Maestro Nacor Blanco. A continuación comenzó a sonar la Salve, tocada por un corneta de la banda de la Cofradía. Cuando iba a concluir la pieza el invitado no querido se presentó. Comenzó a pintinear y en unos minutos las gotas incrementaron su intensidad. "¡A que no sale!", comentaban entre el público que abría sus paraguas.

Las cornetas y tambores de apertura y las damas caminaban hacia el centro, mientras que alrededor de la imagen los responsables de la Cofradía analizaban el panorama. "¿Saldremos o nos meteremos debajo para volver el paso para dentro?", reflexionaba un cargador que miraba hacia el cielo. "¿Qué haremos?". Finalmente con un leve chispeo, la directiva adoptó la decisión de "seguir, pero acortar por la calle Benavente".

Ajenas a la medida tomada, las damas de luto riguroso proseguían su avance hacia el centro. El viento jugaba con las capuchas de lienzo negro. "¡A ver si se van las nubes!", decían. La Banda de Cornetas y Tambores Ciudad de Zamora, los hermanos y damas que ejercían este año la mayordomía y el coro engrosaron el desfile.

La procesión avanzaba con muchas pequeñas cofrades, nueva savia para la Soledad. El riesgo anunciado poco a poco se convierte en una realidad. Llueve con intensidad de tal manera que en un fondo en la plaza Zorrilla a la Virgen le quitaron la corona, la taparon con un plástico. La talla, bajo un manto de agua y con viento, retornó por Santa Clara hasta San Juan a un intenso ritmo marcado por unos tambores y acompañada por un grupo de damas que le cantan la Salve, indican testigos presenciales. En cuestión de segundos la Soledad accede a su templo, donde ya despojada de plástico, le entonan de nuevo el cántico.

Pese a la suspensión de la procesión a San Juan regresaron los mayordomos, los músicos de las bandas así como un nutrido grupo de damas que venían a gran velocidad para ver a la Virgen. Se cumplió lo anunciado.