La Cofradía de Jesús Nazareno conmemora este Viernes Santo el 150 aniversario de la incorporación de dos de sus pasos, la Caída y La Agonía.

Jesús caído, la Virgen María y Simón de Cirene fueron las figuras que desfilaron la primera madrugada que procesionó el paso de La Caída. La financiación privada del grupo condicionó la ejecución de este conjunto, realizado por Ramón Álvarez y que impulsó Tomás Alonso, quien deseaba que la Cofradía de Jesús Nazareno contara entre sus grupos con uno basado "en la escena apócrifa de la caída de Jesús en su camino al Gólgota". Tal fue el interés de este hombre que él mismo buscó la financiación privada para acometer las tallas, indican desde la Cofradía.

Tras desfilar las tres figuras en 1866, al siguiente año se agregó el sayón que tira de la cuerda atada al cuello de Jesús caído y en 1878 el grupo se completó con María Magdalena, donada por Nicolás Gutiérrez; el sayón con el puño en alto, costeado por Don Manuel Conde; y el Niño de los clavos, pagado por Tomás Alonso, concretan. Las imágenes están realizadas en pino y tela encolada y Ramón Álvarez, como profesor de dibujos, se basó en la estructura global, la vestimenta y la colocación de algunas de sus figuras en "Subida al Calvario", de Rafael de Sanzio.

La Agonía se concibió como un retablo encargado por María de Zamora a Juan Ruiz de Zumeta, en 1604, para ubicarlo en el altar del Cristo de la Agonía de una capilla en San Juan.

En 1865, tras la Desamortización, la Cofradía, que atravesaba malos momentos, realizó "una rifa de alhajas para aumentar su patrimonio" e impulsó su conversión en paso porque las figuras seguían "el canon natural", por "su valor artístico" y por "el coste de la modificación", precisan desde La Mañana.

Tras firmar un acuerdo con la propietaria de las piezas, la parroquia de San Juan, que contó con el beneplácito diocesano, La Agonía desfiló por primera vez hace 150 años, en la madrugada de 1866, detrás del antiguo grupo de La Crucifixión.

Este paso procesionó hasta que en octubre de 1898, se acordó que dejase de salir por "estar muy deterioradas sus imágenes". En octubre de 1900 el mayordomo-presidente propuso su reincorporación, hecho que sucedió ocho años más tarde.