Tras dos noches en buena compañía en el Convento de las Dominicas Dueñas de Cabañales, la Virgen de la Esperanza está lista para regresar a la Catedral, de donde salió el Martes Santo tras el Nazareno de San Frontis. Las damas, con abrigo negro, peineta y mantilla de blonda negra, y los hermanos, con túnica de raso verde y blanca, acompañarán a la Esperanza durante su ruta por las calles medievales de Zamora. Como novedad, los cofrades estrenan un remate en sus varas que serán obligatorias para poder iniciar el desfile. Actualmente, desfilan junto a la imagen de Víctor de los Ríos unos 2.800 hermanos, de los cuales en torno a 650 son hombres y el resto mujeres.

La Virgen de la Esperanza abandonará Cabañales a las diez y media de la mañana para cruzar el Duero sobre el Puente de Piedra y avanzar hasta la calle Balborraz, cuya subida ha pasado a convertirse en una de las imágenes más icónicas del Jueves Santo en la Pasión zamorana. Los hermanos y hermanas continuarán por las rúas hasta el atrio de la Catedral, donde cantarán la Salve antes de despedir a la Virgen hasta el próximo año.