El obispo, Gregorio Martínez Sacristán, ha preguntado a los sacerdotes de la diócesis por tres veces por su voluntad de ser fieles al ministerio recibido y ellos han respondido: "si quiero". Es uno de los momentos de la Misa Crismal que el obispo ha celebrado esta mañana en la Catedral de Zamora, junto a la mayor parte de los curas bajo su jerarquía. De hecho, en la liturgia católicia es la primera celebración indicada para el Jueves Santo, aunque en Zamora, como en otros muchos lugares, se adelanta un día para facilitar la asistencia de curas, laicos y consagrados.

Un momento llamativo de la eucaristía es la consagración del Santo Crisma por parte del obispo, y la bendición de los óleos de los catecúmenos (empleado en el bautismo y sus ritos preparatorios) y de los enfermos (para la unción). De ahí el nombre de Misa Crismal, concepto que viene de la palabra griega "chrisma" que significa unción. De hecho, Cristo significa ungido, Mesías.

Esta misa es el primer acto del Triduo Pascual, los cultos de la tres jornadas más importantes del año para los católicos, desde la tarde del Jueves Santo (Misa de la Cena del Señor) hasta el Domingo de Resurrección.Car