Hermegildo Barata, de Monfarracinos, pasa diez meses al año fuera de casa, recorriendo mercadillos y fiestas, su ocupación de toda la vida. Tiene en Santa Clara uno de los puestos que despachan las típicas almendras garrapiñadas, que él mismo elabora ante los clientes.
-¿El secreto de las garrapiñadas?
-Agua, azúcar, almendra y mucho cariño para hacerlas.
-¿De qué depende una buena garrapiñada?
-Del producto y de la mano que tengas para hacerlas.
-El caldero, ¿de cobre?
-Yo lo utilizo de cobre, pero no tiene que ser necesariamente de este material, puede ser acero inoxidable o aluminio.
-¿Por qué se dedica a esto?
-Por tradición familiar normalmente nos dedicamos a ello, a la venta ambulante y acudimos a mercadillos y ferias, de toda la vida.
-¿Sigue llevándose eso de comprar garrapiñadas por Semana Santa?
-Va pasando la tradición de unas generaciones a otras en las familias. Se lleva menos que antes pero se sigue llevando.
-¿Les dan facilidades para instalar los puestos en Semana Santa?
-Hombre, está un poco complicado porque te tienes que sortear con la gente que viene de fuera y los sitios no son fijos de un año para otro.
-¿Sería mejor entonces tener siempre la misma ubicación?
-Hombre, por lo menos los de Zamora. Yo no tengo ninguna ventaja por ser de Zamora sobre la gente que viene forastera.