En la primavera de 2004, The Tallis Scholars cautivaron al público que abarrotaba la iglesia de San Cipriano de Zamora. Era la segunda vez que la agrupación vocal británica visitaba el Festival del Pórtico y para esta ocasión habían escogido interpretar el "Miserere" de Gregorio Allegri: una de las composiciones polifónicas de mayor difusión y efectismo. Al concluir el concierto, todavía con los últimos aplausos, los cantantes ofrecieron una inesperada propina, los versos de otro "Miserere" todavía más familiar para la audiencia local. Nadie hubiera podido imaginar que el bis que había preparado la organización con Peter Phillips, director del conjunto, fuera el "Miserere" del sacerdote paúl José María Alcácer, el canto penitencial que se escucha en la Plaza de Viriato cada noche de Jueves Santo. Aquella iniciativa, diseñada entonces como un guiño a la ciudad, sugirió al cabildo menor de la Hermandad de Jesús Yacente la posibilidad de realizar una grabación discográfica que recogiera tanto la interpretación del coro local como la lectura propuesta por el afamado conjunto británico. La tarde del 21 de noviembre de 2004, The Tallis Scholars grababan el "Miserere" del padre Alcácer en la iglesia londinense de El Temple: un espacio legendario con una acústica envidiable. El proyecto se materializó en la edición de un CD que, además de ambas interpretaciones, incluía la declamación del salmo y el rezo del Vía Crucis que la citada Hermandad organiza los viernes cuaresmales.

El canto del "Miserere" de Alcácer por The Tallis Scholars poco tiene que ver con el interpretado por el coro de la Hermandad. Peter Phillips afrontó la obra con un orgánico de tan solo seis voces, confiando las partes del canto llano (gregoriano) a los tenores. El sonido conseguido por la agrupación pertenece a la tradición coral británica, caracterizado por su carácter etéreo y flotante, amén de la perfecta afinación. De hecho, esta sonoridad ha sido criticada durante décadas por quienes piensan que es demasiado bella, demasiado perfecta; incluso se ha llegado a utilizar expresiones como "sonido narcisista" para tildar las interpretaciones de los numerosos coros ingleses que crecieron, especialmente, bajo los muros de Oxford y Cambridge. La distancia entre la lectura realizada por Phillips y la que ofrece el coro de la Hermandad es importante. En la Plaza de Viriato se reúnen doscientas voces, frente a la reducida plantilla del conjunto inglés. Los versos del gregoriano son cantados en este caso por todas las partes vocales y la interpretación alcanza un dramatismo mayor que el aportado por The Tallis.

La diferencia esencial, sin embargo, no radica en nada de lo comentado. No se trata de comparar la interpretación ofrecida por uno de los coros más prestigiosos del mundo con la de un grupo amateur, sino de algo mucho más complejo. Cuando los hermanos de Jesús Yacente tuvieron ocasión de escuchar ambas grabaciones, una gran parte de ellos afirmó que la interpretación dirigida por Phillips no le provocaba ningún "sentimiento", incluso muchos de ellos saltaban la pista para seleccionar el "Miserere" del coro de la Hermandad. A The Tallis se les había proporcionado exactamente las mismas partituras que siguen esas dos centenas de cantores amateurs reunidos en la Plaza de Viriato. Sin pretenderlo, la idea de editar un CD con ambas interpretaciones sirvió como trabajo de campo para analizar un aspecto que estudia con detalle la musicología moderna: el hecho de ir más allá de la partitura, destacando el valor de la interpretación. El "performance", los valores identitarios que se transmiten cada Jueves Santo, la situación psíquica del cantor y del público que se congrega para vivir ese momento nada tienen que ver con la disposición que tenían los cantores de The Tallis en la iglesia de El Temple, más cercana al concierto público que a la oración popular.

(*) Director del Pórtico de Zamora