Una nutrida representación de los directivos de las distintas hermandades y cofradías, acompañados de numerosos fieles participaron ayer en uno de los actos litúrgicos programados por la diócesis para esta Semana Santa, la bendición de ramos y palmas, con posterior procesión en Zamora capital, presidida por el obispo de la diócesis, Gregorio Martínez Sacristán. Poco antes de las diez de la mañana se congregaban los directivos de las hermandades, convocados en la iglesia del Tránsito, para a continuación, asistir al acto de bendición de palmas y salir el procesión hasta la Catedral, donde se celebró una misa solemne, presidida por Gregorio Martínez Sacristán.

Era el primer gran acontecimiento litúrgico de la Semana Santa que, aunque tenga su prolegómeno con algunas procesiones, realmente se iniciaba ayer. De hecho la misa que se celebró tanto en la Catedral como en el resto de templos se llama formalmente del Domingo de Ramos en la Pasión del Señor. La primera parte de la celebración se hace, en todas las parroquias, fuera de la iglesia. El sacerdote (en el caso de la capital, el obispo diocesano), bendijo los ramos de laurel y las palmas, mientras se lee el mensaje del Evangelio sobre la entrada de Jesús en Jerusalén, este año en le versión de San Lucas. Seguidamente se organizó la procesión hasta la iglesia para celebrar la misa, con la lectura de la Pasión, imitando a los hebreos que acompañaron a Jesús.