Destreza, precisión y un cuidado extremo son las tres claves para efectuar una de las maniobras más delicadas de la Semana Santa cada Sábado de Pasión. El Cristo de las Injurias ha descansado esta noche sobre la mesa procesional que lo llevará el próximo miércoles por las calles de Zamora hasta el Museo. Y lo ha hecho gracias a la labor de una docena de hermanos de la Real Cofradía del Silencio que durante la mañana de ayer descendieron a la imagen atribuida a Arnau Palla desde su altar en la Catedral del Salvador hasta su mesa, con la que participará en los desfiles del Miércoles Santo y Viernes Santo.

Decenas de personas se congregaron en la Seo zamorana durante la mañana de ayer para presenciar el descendimiento del Cristo de las Injurias y su colocación en la mesa. Los encargados tan delicada labor, ayudados por un complejo sistema de poleas, trasladaron la imagen del siglo XVI con sumo cuidado desde el altar que el Cristo posee en la Catedral hasta para anclarlo perfectamente en la mesa procesional.

El Miércoles Santo, ante este imponente crucificado, el periodista Luis Jaramillo ofrecerá el Juramento del Silencio con la presencia del Obispo, antes de comenzar su solemne paseo por la ciudad de Zamora en absoluto recogimiento.