El barrio de La Horta se convirtió ayer en protagonista adelantado del Domingo de Resurrección gracias a los alumnos de la guardería Virgen de la Concha, que salieron, como cada año, a procesionar por las calles cercanas al centro escolar, escoltados por sus profesores y con un público entregado, sus padres, abuelos y demás familiares, que no quisieron perderse este desfile procesional que cada año selecciona una de las cofradías de la Semana Santa zamorana para hacer partícipes a los pequeños, de entre uno y tres años, en esta tradición.

Desde los medallones hasta las varas, no faltaba ningún detalle de la que se considera la primera romería del año en la provincia. Y todo hecho a mano y codo con codo entre los maestros y familiares de los pequeños, que hábilmente confeccionaron no solo las flores y cintas de las varas o los trajes de los miembros de la banda de música. También recrearon a escala los dos pasos que llevaron a hombros los ocho cargadores, el Jesús Resucitado y la Virgen del Encuentro, con el barro como materia prima y adornado en fiel imagen a los originales.

El momento más esperado, el del encuentro entre madre e hijo resucitado, fue el que acaparó más flashes, mientras los pequeños protagonistas repetían lo que habían estado ensayando los últimos días, tanto dentro del centro como en la calle "para que se fueran orientando", apuntó la directora del centro, Mercedes Lozano, quien agradeció el "trabajo en equipo y la colaboración de las familias, que es lo que ha hecho posible que salga todo tan bien".

Para el desfile contaron además con el ritmo de la música compuesta por el zamorano Miguel Manzano para este día y finalizaron el acto con los tradicionales cohetes.