Con todo lujo de detalles, anticipándose al Martes Santo, los alumnos del colegio Santísima Trinidad del barrio de Pinilla aprovecharon uno de sus últimos días de clase antes de las vacaciones de Semana Santa para recrear en el patio del centro educativo el acto de la despedida entre Jesús Nazareno y la Virgen de la Esperanza, en una actividad que congregó tanto a los niños del centro de entre tres y ocho años, hasta a los padres de los alumnos y aquellos vecinos que quisieron acercarse a esta procesión tan especial, ya que las puertas del colegio se abrieron a todos aquellos que quisieron compartir este singular trabajo que puso en el punto de mira el buen hacer de profesores y alumnos para realizar esta procesión lo más fiel posible a la realidad.

Fue una mezcla de tradición y procesiones de la capital, ya que, aunque los más pequeños representaron el momento en el que la Virgen de la Esperanza se despide de su hijo antes de emprender su camino hacia el convento de las Dominicas del barrio de Cabañales, mientras el Nazareno regresa a su templo de origen, en San Frontis, los cofrades iban con la túnica de la Cofradía de la Virgen de la Esperanza, que procesiona en la mañana del Jueves Santo.

Por su parte, las pequeñas damas iban ataviadas con sus mantillas y peinetas, de riguroso luto y con el medallón y la tulipa para llevar la vela, gracias a la buena mano de padres y profesores.

Con todo detalle

No faltó ni un detalle de los dos pasos, que iban adornados con flores y llevados por cargadores, guiados por sus profesores. Tras ellos, otros compañeros conformaban la banda de música que acompaña siempre los desfiles procesionales.

En definitiva, un desfile en el que se involucró todo el centro y con el que se ayuda a que la tradición de la Semana Santa siga vigente en las nuevas generaciones.