La publicación de sus acuarelas sobre Semana Santa en la contraportada del diario el pasado año supuso un espaldarazo a la dedicación de Mercedes Ballesteros a este tipo de pintura. La zamorana ha participado en varios certámenes donde ha obtenido reconocimiento. Este año, la artista nos ofrece de nuevo su visión de las procesiones a través de pinturas en las que intenta captar la atmósfera de los desfiles. Le gustan especialmente las celebraciones nocturnas, donde se expresan todo tipo de emociones... incluso el miedo. Atentos a las pinturas de Las Capas o La Mañana.

-El año pasado colaboró con LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA mostrando sus acuarelas en la contraportada del diario, ¿qué le pareció la experiencia?

-Sentí muchísima emoción al ver el periódico con mis obras. El resultado fue de satisfacción, al tener la oportunidad de hacer llegar mis creaciones a mucho más público. Aquellos días recibí muchas felicitaciones, lo que hizo que la experiencia fuera gratificante.

-Es decir, que cualquier artista necesita al final del público para sentirse realizado?

-En principio, pinté para mí, porque me apetecía. Nunca pensé en publicarlas, pero surgió la posibilidad y fue muy positivo. Para mí es la forma de expresar cómo siento yo las procesiones, diferentes sentimientos, miedo?

-¿Recuerda alguna de la que estuviera especialmente satisfecha?

-Las que hice sobre procesiones de tarde o nocturnas, los contrastes de luces de las velas, las farolas?

-¿Qué retrata además de procesiones?

-Normalmente, paisajes. El año pasado, participé en un certamen dedicado al deporte en la Villa Olímpica de Barcelona y seleccionaron una de mis obras, que está expuesta en El Corte Inglés de la zona. En octubre, también me eligieron en el Festival de Aiguillon en Francia entre más de doscientos trabajos. También he participado de forma reciente en el Festival de Acuarela de España de Úbeda, que tiene el fin de difundir este tipo de pintura en diferentes países.

-¿Pinta sobre Semana Santa cuando llegan las procesiones o es capaz de hacerlo en verano?

-Normalmente, uno o dos meses antes de Semana Santa, igual que los paisajes invernales se pintan con el frío.

-Es decir, que la Semana Santa para usted empieza mucho antes?

-Cuando empieza el ambientillo de la Pasión, las madres preparan los trajes de los niños? Ese nervio que viven los zamoranos.

-Las túnicas y los colores son fundamentales para la pintura, ¿verdad?

-Claro. Las túnicas te permiten jugar con los colores. A partir de ahí, tienes que incorporar tonos para conseguir la atmósfera que se percibe.

-Este año, sus acuarelas acompañarán cada procesión. ¿Qué nos espera?

-Me gusta mucho la pintura del Silencio, la de Las Capas o la del Viernes Santo. En principio, pensé que las túnicas pobres de La Mañana eran muy difíciles, pero el resultado me ha convencido. Me gustan más los cofrades que los pasos, porque me deja menos soltura, debes ceñirte al dibujo.

-¿Seguirá pintando sobre Semana Santa?

-Hace dos o tres años, estuve en el Museo de Arte Sacro de Valladolid. Quizá sea el momento de volver para hacer dibujo sobre las figuras después de Semana Santa.

-¿Ha pensado en reunir sus mejores trabajos en una exposición?

-Lo he llegado a pensar. Si encuentro un entorno en el que exponer, retomaré la idea.