Con el báculo de madera obra del artista Ricardo Flecha, cedido por el abad Juan Antonio Haedo, el obispo de Zamora entraba en la iglesia del Espíritu Santo ayer por la mañana para recibir un nuevo título de manos de una cofradía a la que le une "un cariño especial", según él mismo reconoció.

"Fue la primera procesión a la que asistí en mi primera Semana Santa en Zamora como obispo de la diócesis, en 2007, y me impresionó sobre todo el rezo que realizan los hermanos en el pórtico del a Catedral, muchos de ellos muy jóvenes", recordó.

Durante sus palabras de gratitud por este reconocimiento, el obispo aprovechó para apuntar que los hermanos del Espíritu Santo "no me han creado nunca problemas ni dificultades de ningún tipo, cosa que agradezco enormemente", se sinceró.

Por otra parte, quiso devolver el afecto recibido indicando que desde la hermandad se podrá "contar siempre con mi presencia, mi ayuda y mi estímulo para que seáis verdadera hermandad cristiana, de la Iglesia y según Dios quiere", enumeró, al tiempo que les invitó "a seguir dando testimonio de vuestra generosidad y fidelidad al Señor".

Tras sus palabras de agradecimiento, el templo de la imagen titular de la hermandad celebró el último día del triduo en honor al Cristo del Espíritu Santo, que estuvo acompañado por el coro de la hermandad.