Los nueve años que lleva Gregorio Martínez al frente de la Diócesis de Zamora han tenido "más luces que sombras", según valora él mismo. Sin embargo, hay un asunto que preocupa y mucho al obispo, que no es otro que la falta de sacerdotes. "Hemos pedido opinión varias veces a los sacerdotes en el Consejo Presbiterial durante estos años. No obstante, no hay ni mucho que cambiar ni mucho que hacer nuevo, porque no hay materia prima fundamental, es decir, sacerdotes", indica el obispo. "Tengo el problema fundamental de no tener sacerdotes aunque, como yo, así están la mayoría de las Diócesis, por lo menos las de Castilla y León", analiza Martínez.

Otro de los asuntos valorados por el obispo ha sido la polémica sobre la asignatura de Religión en los colegios. Martínez cree que el hecho de que unos 13.000 menores cursen en Zamora esta materia responde a que "así lo quieren los padres" y destaca el trabajo que la Diócesis desarrolla con el profesorado. "A la Iglesia le parece muy satisfactorio que haya un número tan elevado de alumnos que estudien Religión porque sus padres así lo deciden", explica. "Es cierto que, una vez que terminan su etapa en los colegios, decae un poco. Pero se ha sembrado y no sabemos ni cómo ni cuándo florecerá. Seguramente, dará más fruto del que creemos", afirma el obispo de la Diócesis zamorana.

"Las cofradías deben tomar conciencia de que su misión va más allá de salir en procesiones"

"Si en Zamora hay 13.000 niños que estudian Religión, es porque así lo quieren los padres"