Jesús de la Concepción ha presentado su dimisión como presidente de la Hermandad Penitencial Nuestro Señor Jesús, Luz y Vida en una carta remitida al obispo de Zamora, Gregorio Martínez, debido a "presiones ejercidas desde el Obispado", con lo que se pone el punto y final a una parte de la crisis existentes en la cofradía, surgida tras un expediente a un hermano de carga, el cese del jefe de paso, puesto que acabó ocupando el propio Jesús de la Concepción, y la expulsión de 57 cargadores, quienes recurrieron su sanción.

El hasta ahora responsable de la penitencial no oculta su enfado con el obispo con quien mantuvo una reunión en primavera. En ella el prelado le instó a dejar el cargo. "Me dijo que para ganar la partida a veces hay que sacrificar a un peón", esgrime el dimisionario que se ha ido junto con toda su directiva. "Lo que he hecho siempre es ceñirme a lo fijado" desde la institución eclesial. "He seguido los estatutos y me siento obligado a dimitir", enfatiza De la Concepción. Además, el ex presidente de Luz y Vida aclara que tras la entrevista "he recibido presiones desde el Obispado en el sentido de que con frecuencia desde Vicaría o desde más arriba se me ha preguntado que qué decisión había tomado sobre la petición del obispo".

Además, el dimisionario ha enviado a la Nunciatura Apostólica el documento presentado ante Gregorio Martínez porque "nos sentimos indefensos". "Nosotros hemos hecho lo que se nos ha dicho, cumplir nuestros estatutos, adaptados al Estatuto Marco y este al Derecho Canónico". "Por cumplir sus orientaciones nos encontramos en la calle toda una directiva y los expedientados no tienen el proceso ejecutado".

De la Concepción subraya que el obispo de Zamora le amplió un año el mandato para acabar con la crisis de los cargadores, pero "el problema estaba enquistado en el Tribunal Eclesiástico". En su opinión, el proceso "lo ha parado" el anterior vicario judicial, Juan González, quien "tenía que haber efectuado un análisis, haber leído todos los documentos y haber resuelto". De la Concepción esgrime que "tenía que haber cumplido el Derecho Canónigo" y añade que "nos obligó, sin ningún tipo de asesoramiento legal, a entrar en un proceso de mediación y arbitraje" en el que "no nombró a los representantes sino que tuvimos que designarlos las partes; no se nos facilitó información de los representantes de la otra parte y ni existe un número de expediente del proceso".

El hasta ahora presidente detalla que al concluir la prórroga de su mandato, el próximo 31 de octubre, al no tener novedades en el fallo a la sentencia recurrida que obliga a la recuperación de las andas diseñas por Hipólito Pérez Calvo y no haber una resolución sobre el expediente de expulsión de los cargadores, la directiva tenía "la firme intención" de convocar elecciones a las que "esta junta directiva no iba a concurrir, por lo que todo lo demás sobraba".