Además del merlú -que ya despierta a los zamoranos como preludio de la Pasión-, el estruendo de los instrumentos de viento y el retumbar de cajas y bombos es uno de los sonidos más típicos de la Semana Santa. Y, ayer, los zamoranos pudieron abrir boca antes de que llegue la cita esperada.

Seis bandas y más de doscientas personas participaron en la tarde de ayer en el III Certamen de Bandas de Cornetas y Tambores Francisco Carricajo, organizado por la Asociación Luz Penitente. Las bandas de la capital de Jesús Nazareno, Ciudad de Zamora y Cristo del Perdón, junto a las formaciones de Jesús Nazareno de Villaralbo, Nuestra Señora de la Vega de Benavente y Cristo Despojado de Valladolid participaron en un certamen que crece cada año y que, por primera vez, acoge en esta edición a una banda de fuera de la provincia.

Con algo de retraso, la cita comenzó con un pasacalles que partió de tres puntos diferentes de la ciudad para evitar el acople acústico de las bandas. Los puntos elegidos fueron la Plaza Mayor, de donde partieron las bandas de Jesús Nazareno de Villaralbo y Zamora, la Plaza del Maestro, -lugar de salida de la banda del Cristo del Perdón y Cristo Despojado de Valladolid- y el Conjunto Viriato, de donde partieron la banda Ciudad de Zamora y Virgen de la Vega.

Todos los recorridos tenían el punto de encuentro en la plaza de la Constitución, en la que no cabía un alfiler, para la celebración de este certamen homenaje al que fuera jefe de la Banda Ciudad de Zamora durante décadas. Tras el acto central, que duró cerca de una hora, las bandas desfilaron todas juntas en un pequeño pasacalles abierto por la Banda Ciudad de Zamora y cerrado por la de Jesús Nazareno de la capital.

Todas las formaciones fueron desde la Plaza de la Constitución hasta la Plaza de Viriato, donde terminó el pasacalles que cerraba los actos del certamen. Los tambores y las cornetas quedarán ahora guardadas hasta dentro de un par de semanas, cuando acompañen con su estruendo a los pasos zamoranos.