Aburren los mensajes electorales de esta campaña, anodinos y soporíferos. Los lemas de cartel son carámbanos que dejan al ciudadano en permanente estado de congelación. El paripé de la pegada sólo se mantiene para no meter en números rojos a las empresas de artes gráficas. Falta chispa e intención: se ve que a los genios del marketing político se les ha escapado del portafolio la musa de la metáfora. Más que las palabras importan los hechos: mal empieza Pizarro si se cuela en un mercado a hacer campaña y se lleva para casa un paquete de cerezas a 20 euros el kilo: bonita manera, y ostentosa, de convencer al currante que el señor de Endesa es uno de los suyos. Aún así, preocupa que militantes acérrimos del PP se cojan al pie de la letra el mensaje de Rajoy ("vota con cabeza") y seguidores fieles de Zapatero le tomen la palabra al mandato de su líder ("vota con todas tus fuerzas"); porque entre unos y otros, a lo bruto, nos pueden hacer añicos un buen puñado de urnas.