Demos por descontado que nadie es poeta en su tierra. Supone un desaire mayúsculo -por no decir que una vergüenza intolerable- que a Jesús Hilario Tundidor, que prepara las maletas para una gira por varios países del Este, no se le haya concedido aún el Premio Castilla y León de las Letras. Algunos de los premiados más recientes no le alcanzan ni al vuelo rasante de

un alejandrino, pero allá algunos jurados con sus filias y con sus fobias. El pasado viernes, en el café Libertad del Madrid libertario se presentó el libro-disco de poemas de Tundidor musicados por Rafa Mora y Moncho Otero, "Viento de octubre". El poeta recitó versos propios y encendió elogios ajenos, abrazado a Pablo Guerrero. ¿Para cuándo una presentación de ese poemario en pentagrama en Zamora? ¿Para cuándo Jesús poeta en su tierra?