Sigo con interés desde hace meses una singular acción puesta en marcha desde el ámbito empresarial bajo el epígrafe Zamora 10. Se trata de una iniciativa promovida por la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Servicios de Zamora, CEOE-Cepyme, la Asociación Zamorana de Empresarios de Hostelería, la Asociación Zamorana del Comercio y Caja Rural de Zamora que apunta, en principio, a poner en marcha diez proyectos concretos que contribuyan a dar un impulso a la economía de la ciudad y de la provincia.
Si no han vivido en una cámara de privación de sensaciones durante las tres últimas décadas, seguro que saben que esta maravillosa provincia figura en lugares estadísticos de honor por sus malos indicadores socioeconómicos, pisando los talones a Ourense y seguida por Soria y Teruel, entre otros ejemplos.
La alarma suena desde hace años por lo que a la galopante despoblación se refiere. Las estadísticas oficiales son reveladoras: La provincia perdió cerca de 2.900 habitantes en 2017 y más del 30 por ciento rebasa los 65 años. Solo la población orensana supera, por menos de dos décimas, la edad media de la de Zamora, que se encuentra en 50,1 años.
En este contexto, el empresariado zamorano dio sobre la mesa ese golpe amistoso, pero sonoro y firme, con el que ha llamado la atención de la sociedad, incluidos los representantes públicos, que han recibido con desigual entusiasmo el proyecto.
Los responsables de 'Zamora 10' aseguran que sus pretensiones están totalmente alejadas de la política y que solo quieren aumentar la viabilidad de una provincia que corre el riesgo de desdibujarse por completo en unas pocas décadas.
El pasado sábado tuve la oportunidad de asistir a la jornada "Zamoranos en la diáspora", organizada por Zamora 10, y percibí un excitante y revelador ambiente de análisis, crítica, autocrítica, unión, nula intención de buscar culpables y, sobre todo, esperanza.
De momento, la Fundación MonteLeón ha invitado a Zamora 10 a participar en una jornada sobre despoblación.
La aguerrida empresa zamorana ha recordado por qué la historia y los refranes nombran a Zamora con honores.
