Comparto plenamente el desacuerdo y la protesta del Obispado de Zamora por el tratamiento que este año se ha hecho de la presencia de la procesión del Corpus en la Plaza Mayor de Zamora. Menos mal que las relaciones del alcalde, señor Guarido, con el titular del Obispado, Monseñor Gregorio Martínez Sacristán, son buenas, si llegan a ser malas, se barre de la calle esta posibilidad. El desconocimiento no es un eximente ni para el titular de la Casa Consistorial ni para la concejala de Cultura. Tienen asesores y conocen sobradamente la movilidad de algunas fechas, para haber previsto lo sucedido.

Los libros, que para mí tienen todo el apoyo y todo el respeto del mundo, podían ubicarse en cualquier calle o plaza de la Zamora urbana. A lo largo de Santa Clara, festoneando la calle, tampoco hubiera estado del todo mal. Y si no en el parque de la Marina, en la Plaza del Gobierno, en la de Hacienda. ¡Anda que no hay sitios! Pero no. Tuvieron que ubicarla en la Plaza Mayor dando al traste con la tradición de celebrar los actos del Corpus en la plaza grande de Zamora.

Que ganas de crear conflictos y situaciones innecesarias. Que ganas de molestar a los católicos que mal que pese a según quienes somos mayoría y ni nos escondemos en las catacumbas, ni nos avergonzamos de participar en nuestras tradiciones, ritos y costumbres, aunque nos señalen con el dedo, aunque nos insulten, aunque nos denigren. Más le hicieron a Cristo y aguantó toda la estopa que le arrearon.

Pero, tranquilos que aquí no pasa nada. El Obispado ha manifestado su desacuerdo y su protesta pero también ha pedido expresamente no entrar en conflicto con nada ni con nadie, apelando a la tolerancia, el respeto y la convivencia pacífica. Sólo que tolerancia, respeto y convivencia pacífica siempre salen del mismo lado. Los demás, con lavarse las manos y pasarse el marrón los unos a los otros, al cabo de la calle.

El Ayuntamiento debería haber protagonizado un gesto conciliador y pedir disculpas. Pero eso no va con los políticos. Y como la oposición siempre va por Canarias, es decir: con retraso, pues ni PP, ni Ciudadanos han abierto la boca. Con el Psoe, más tolerante en estos temas no se puede contar porque co-gobierna el Ayuntamiento. Pero podría decir algo. Salvo que el gato le haya comido la lengua a su portavoz. Todo puede ser.

No hace falta que el Obispado nos conmine a tomar nota. Ya la hemos tomado y los católicos hemos tenido el reprise que le ha faltado a la oposición. Hay celebraciones que por mucho que se atente contra ellas no podrán borrarlas del mapa. Borrarán los nombres de las calles que les interesa, tildándolas de no sé qué y no sé cuál y porque, repito, la oposición es de pacotilla, pero en esto de la fe, que mueve montañas, no hacen falta los políticos, basta con la voluntad de los creyentes que es muy superior en todo a todos los que hablan pero no hacen. Y estamos hartos.

Claro que habrá procesión del Corpus y se celebraran todos los actos previstos, y ahí es donde los católicos tenemos que estar a la altura, unidos, participativos, arropando a los niños y niñas de Primera Comunión, hermandades, cofradías, asociaciones de fieles y ciudadanos que así lo deseen. Y el Ayuntamiento que tome buena nota para no meter la gamba el próximo año que, por cierto, será año electoral.