Ala calle Escuernavacas, de Zamora capital, se accede por una escalinata desde la calle de la Feria para poder salvar los dos metros de diferencia de nivel. Es más bien un callejón con entrada y salida por el mismo punto, que a mí me llama la atención por su extraño nombre.

Intentando averiguar la denominación Escuernavacas he visto que en la provincia de Salamanca hay una localidad así denominada que pertenece al municipio de Moronta en la comarca de Tierra de Vitigudino. Su origen se remonta a la Edad Media en la acción repoblados del rey Fernando II en el siglo XII.

Según el último censo conocido del año 2015, el pueblo de Escuernavacas tiene solamente cincuenta y un habitantes. Su nombre es un fenómeno lingüístico propio de la lengua leonesa que puede atribuirse a los primeros pobladores de aquella localidad. También puede ser el origen de esta calle zamorana tan peculiar, en la que tenia un taller de tapicería, allá por los años cincuenta Florencio Vázquez Calabuig, un policía municipal que simultánea a la profesión con la actividad artesana de tapizar sillas, sillones, butacas, etc.