Se está ya fraguando en el Parlamento la propuesta "Ley de des penalización de la Eutanasia". Es un problema ampliamente debatido durante muchos años y que, afortunadamente hasta el momento ha sido resuelto negativamente. Los intentos llevados a cabo por fuerzas políticas promotoras del proceso favorable no han tenido éxito en ninguna ocasión.

Ahora los promotores del Partido Socialista han tenido éxito en principio y han logrado que se hayan iniciados los trámites, con la oposición del Partido Popular, gobernante en la actualidad, el voto afirmativo de otros partidos, además del PSOE, y la abstención, (que en este caso se uniría en la práctica al voto afirmativo) del Partido Ciudadanos. Por consiguiente se iniciará, dentro de poco, el proceso que previsiblemente terminará en la aprobación de la Ley pretendida, en las condiciones exigidas por el Partido proponente.

Las condiciones señaladas por el PSOE significan unos obstáculos que, aplicadas lealmente, tales condiciones, podrían suponer dificultades tal vez insuperables. Tales condiciones, con la experiencia que nos proporcionan otros asuntos de modo frecuente, se quedarán en "agua de borrajas", por las trampas utilizadas por los familiares del enfermo supuestamente moribundo. Hemos visto la facilidad con la que se consigue una firma en frecuentes casos de nuestra vida cotidiana. Por tanto, es de suponer que la aplicación de la Ley en cuestión dependerá de la habilidad que utilicen los familiares interesados en "desprenderse" de las molestias que ofrece el enfermo. No es difícil conseguir que esa persona, aquejada de fuertes dolores, firme un papel por el que solicite la eliminación de tales molestas dolencias.

Dependiendo la aplicación de la Ley pretendida de las condiciones señaladas (y, por tanto, de la habilidad de los familiares interesados) ya se explica con facilidad que, en algunos casos, la promulgación de la Ley permisiva no signifique aplicación del precepto permisivo. En eso consisten las "medias tintas" que se reconocen a tal Ley. Estaría ahí la posibilidad; pero la realidad sería contraria a la posibilidad. El precepto ofrecería el escape; pero los obstáculos cerrarían la puerta de salida.

Personalmente no puedo estar a favor de la eutanasia. Me la prohiben mi adhesión a la religión tradicional española y mi sentido particular de la ética. Como consecuencia, deseo que esta propuesta no siga adelante y que, en caso de entrar en trámites, el Partido Popular sea capaz de llevar a su terreno a los señores que hoy están en la abstención. Sería eso la consecución del voto negativo y, por tanto, la no aprobación de la Eutanasia desenlazada. Me satisfaría la reprobación de Ley propuesta.

Pero el enunciado de esta colaboración se refiere a la aprobación de la Ley, tal como se propone. Y alude a lo que ha ocurrido con alguna otra ley. Me refiero, como ejemplo preciso, a la Ley del Tabaco, ya promulgada y en vigor. En ella se prohibe fumar en los lugares cerrados destinados a la consumición de productos de cafetería y restauración; pero se queda -como es evidente y lo demuestra la práctica- en prohibir que se fume "en locales cerrados". No se dice nada de la calle ni de las terrazas, que se han multiplicado al amparo (o con motivo) de la aplicación de la Ley del Tabaco. ¿En qué se traduce esto? En que algunas aceras se han hecho intransitables, por las terrazas instaladas en ellas, y algunas circunstancias, como, por ejemplo, la espera de un autobús, cuando alguno de los que esperan hace uso de su derecho a fumar en ese "espacio abierto", se convierta en un mal rato para el que no fuma tabaco propio, pero está respirando el humo del tabaco ajeno. La Ley del Tabaco hubiera sido más efectiva, si se hubiera formulado, por ejemplo: "prohibido fumar, no siendo en el propio domicilio". Y la propuesta Ley de des penalización de la Eutanasia, si se admite la tremenda barbaridad de que se adelante el final natural de la vida humana, para que sea eficaz tendría que completar la salvajada diciendo: "Ley que declara que la vida humana es propiedad de los hombres y podrán eliminarla cuando lo estimen oportuno". Así la "media tinta" quedaría convertida en "borrón completo". ¿Por qué va a rechazarse un franco suicidio?