Comentaba don Cesáreo Fernández Duro a finales del siglo XIX que el ilustre cronista Ambrosio de Morales había emprendido en el año de 1572, por orden del rey Felipe II, un viaje por los reinos de León y Galicia y el Principado de Asturias, dejando apuntado en sus Memorias que se conservan en la Biblioteca del Escorial, lo siguiente:

"Cerca del Monasterio de San Martín de Castañeda está un lago en el que entra y sale el río Tera que discurre por una serrezuela y por allí encima tiene su curso continuado; de allí baja a hacer este lago, que tiene de largo una legua y hondura increíble. En medio de él está una gran peña, donde los Condes de Benavente, en tiempo que tenían por suyo este lago, labraron un rico palacio, con muchos artesones de oro. Agora es el lago del Monasterio, y tiene truchas y barbos en gran abundancia, y muy sano".

El doctor don Alfonso Limón Montero, Catedrático de Medicina en la muy ilustre y docta Universidad de Alcalá de Henares, en su libro "Espejo Cristalino de las Aguas de España" , hablaba de las virtudes, excelencias y propiedades de este lago hermoseado y guarnecido con la variedad de fuentes y baños. Aunque este doctor Limón estaba en contra de los baños en aguas comunes, así fríos como templados, asegurando que por haberlos introducido los romanos en la Península Ibérica y haber seguido la costumbre los godos, se originó la causa de la pérdida de España, y decía: "con justa razón se despreciaron y aún prohibieron, cesando casi de todo punto, y persevera hoy este olvido, pues raro es el pueblo que tiene lugar destinado a este objeto". En su juicio, lo conveniente y racional es no lavar más que la cara y las manos y alguna vez los pies, pues para lo demás del cuerpo basta con mudar la ropa interior.

Dice don Cesáreo Fernández Duro que el doctor Limón debía padecer hidrofobia pues para él el Lago de Sanabria tenía mucha agua. Por el contrario, el señor Limón elogiaba que el Lago ha criado siempre truchas que por la delicadeza de su gusto, por el color rosado de la carne y por el enorme tamaño, gozan de justa fama y reputación histórica.

Cuenta Muñoz, en la relación del viaje que hizo Felipe II para casar con la reina de Inglaterra, que al pasar por Benavente fue hospedado y agasajado por el Conde de una manera suntuosa, sirviéndole en vajilla de plata las truchas de Sanabria.

El doctor Thebussem en sus "Yantares y Conduchos de los Reyes de España" menciona la merienda que el Conde de Benavente ofreció al dicho don Felipe y a su esposa doña Isabel de Valois: "merienda de dulces y pescados, que se compuso de más de quinientos platos, servidos por pajes muy galanes, que iban de uno en otro, llevando descubierto cada plato, siendo el último una trucha de veintidós libras, por cuyo peso se iban remudando los pajes?"

El Reverendo Padre Maestro Flórez saca también a colación en su obra "Reinas Católicas", a estos ricos pescados, que casi, casi reconciliaban con el agua al Catedrático de Medicina de Alcalá. Otro cronista que enviaba reseña del Lago al rey Carlos IV, en la exposición que se conserva en el archivo del Ministerio de Marina, después de la desgraciada Batalla de Trafalgar e intentando resolver el desastre proponía que se construyera un navío o bergantín en el Lago de Sanabria. Como los montañeses que viven alrededor ganan trabajosamente su subsistencia, podían alistarse bajo el pabellón de tal nave, y siendo ágiles y dispuestos aprenderían pronto el oficio de marinero, constituyendo un plantel con que ir dotando los bajeles de la Armada. No hay que decir que tal documento quedó archivado.

El Diccionario Geográfico-estadístico del doctor Sebastián de Miñano, impreso en 1825, inserta, sobre la villa de San Martín de Castañeda: "Al sur tiene un hermoso lago de tres cuartos de legua de largo y una y media de ancho, en terreno inaccesible, que recibe las aguas del río Tera y otros que bajan de estas sierras.

Su profundidad en el centro es absolutamente desconocida, y se navega en él con un gran barco para la pesca de truchas, anguilas y barbos de gran magnitud, pues se cogen de 25 a 30 libras, y son las mas de ellas asalmonadas"