Este domingo se nos invita a hablar con los canteros y los pastores de nuestros pueblos. Mi tío Pedro era cantero. Con su mazo y su cincel iba trabajando la piedra hasta darle su forma adecuada. Otro Pedro, el apóstol, lo tiene muy claro: "Jesús es la piedra angular". Jesús es la piedra que desecharon los arquitectos, los maestros de Israel, y ahora es el fundamento de todo el edificio.

Jesús es quien sirve de guía para ir colocando las demás piedras de la Iglesia que somos cada uno de nosotros. Jesús es quien da firmeza y sostiene, quien da unidad y seguridad a la comunidad cristiana que nace de los testigos de su resurrección. "Es el Señor quien lo ha hecho?" (Salmo 117). Dios ha resucitado a Jesús y lo ha hecho roca firme sobre la que se edifica la comunidad de sus discípulos. En Jesús, Hijo Amado del Padre, nosotros también somos hijos y hermanos (como nos recuerda hoy la carta de Juan que escuchamos en la segunda lectura), llamados a edificar la casa de la fraternidad.

En mi pueblo había un pastor que cuidaba las ovejas de todos los vecinos. Conocía bien a cada una y al volver por la tarde le decía a su dueño: "Hoy la "Estrella" andaba un poco coja? mira a ver si tiene algo en la pata". ¡Alguna vez le oí decir que los lobos se acercaron al rebaño y que él salió corriendo!

Jesús se siente amado por el Padre y enviado a cuidar de cada persona. Como el buen pastor conoce a sus ovejas, las cura, defiende y protege. ¡Sería capaz de dar la vida por ellas! Toda la vida de Jesús fue un "desvivirse". Es el Buen Pastor, conoce bien qué necesita cada hombre y mujer que sale a su encuentro. Sabe si está cansado y sin fuerzas, perdido y desorientado. Además, está dispuesto a hacer lo que sea necesario por ella? incluso a dar su vida. Los que seguimos a este pastor estamos invitados a vivir como él: dando la vida en los mil detalles de cada día.

El sentido de toda vocación -hoy celebramos en la Iglesia la Jornada de Oración por las Vocaciones- es sentir que Dios me ama, me llama y me envía a cuidar de las personas, sobre todo de las que andan "como ovejas sin pastor". El papa Francisco nos anima en esta jornada a escuchar, discernir y vivir lo que Dios tiene preparado para cada uno.