El que baile el bolero/ tenga cuidado/ "ayayai". El estribillo de la canción que pese a no ser de origen popular -según dice la Asociación Etnográfica "Bajo Duero" y otras- es de las más populares en Zamora, podría considerarse además representativa de esta provincia a tenor de las quejas presentadas por zamoranos ante el Procurador del Común, "extrañado" de que hayan sido nada menos que 920 quejas el año pasado, el 22 por ciento de la Comunidad y con mucho el mayor número de ayes de las provincias de Castilla y León.

Los más quejicas en números absolutos y en porcentaje hemos sido los zamoranos. Lo cual tiene más mérito porque el año pasado, como los anteriores, perdimos tres mil convecinos empadronados entre la falta de natalidad, y el aumento de fallecidos y emigrados, que ya no dicen ni ay, ni mu.

Que nos quejamos mucho más que otros es indiscutible. Y es bueno -iba a escribir positivo pero me acordé del lingüista Agustín García Calvo- porque al menos hemos dado el primer paso para resolver problemas: la toma de conciencia.

Sin embargo, contrastan los numerosos "ayes" al cercano Procurador del Común con los halagos y lisonjas al presidente del Gobierno, M. Rajoy, en su acercamiento a Zamora para estudiar con su partido por qué nos despoblamos.

Sólo unos cincuenta manifestantes a la vera de un Viriato -orgulloso por volver a ver la batalla de los lusitanos- y los policías locales en nuestra Plaza Mayor lanzaron sus quejas desde la calle al que, por ser presidente del Gobierno, tiene en su manos gran parte de la responsabilidad de la pérdida de tres mil zamoranos al año y de las posibles soluciones a la desaparición de empleos, servicios y gente en el mundo rural.

Pocos parecen los reivindicativos protestando frente a los descontentos silenciosos e incluso agradecidos zamoranos que honraron con la capa parda de los pastores alistanos al presidente. Como si la población zamorana, víctima de las políticas que la llevan a su desaparición, padeciera del cómplice y agradecido "Síndrome de Estocolmo en vez del más racional y reivindicativo síndrome de "esto es el colmo".

Lo que también se puso en evidencia es que Zamora sufre despoblación de gente, pero el Partido Popular tiene despoblación de ideas. Solamente un hecho comprometido por el presidente y todos los ministros que vinieron a Zamora: que va a traer fibra óptica a todos los pueblos para que superen la brecha digital que ya padecen. Lástima que este compromiso no haya llegado por internet ni a más de la mitad de los hogares, ni a los 240 municipios de 248 de Zamora que no tienen fibra óptica. Tampoco a los miles de zamoranos que no disponen de señal de TDT para enterarse.

Como contrapunto a las escasas quejas del día de la visita, al día siguiente los pensionistas volvieron a la carga en defensa de esa pensión que mantienen en Zamora a personas, servicios y trabajo, en una real medida contra la despoblación de la que Rajoy no habló.

Junto con la capa de Aliste habría que regalar a Rajoy una jubilación a la zamorana, con la cuantía media de la pensión que es la más baja de España para que realmente sepa por qué Zamora se despuebla.

El día de la visita algunos grupos de folclore alistanos fueron a bailar a Santiago de Compostela, con sus capas y manteos. Quizás cantaron: "Nuestros campos no dan frutos / nuestra tierra es un erial / muchos son los que nos visitan / vienen, hablan y se van"... 0 no. Como diría el Sr. Rajoy.