No ha hecho más que comenzar la Semana Santa y ya son infinitos los momentos de pasión que hemos vivido desde el pasado jueves. Cada uno de ellos con su emotividad, con su tirón. La Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Espíritu Santo, la tiene a raudales. Entre otras cosas porque también está cosida a la pequeña historia de unos cuantos zamoranos, los que la pusieron en marcha y a la de Pepa, "La Chupina". El fin de semana hubo pleno.

Javier Hernández, nos puso el sol a todo meter en el cielo zamorano y, el Domingo de Ramos vivimos, a través de su palabra conductora, el pregón más cargado de sentido del humor que hayamos oído nunca. Lo estábamos necesitando, Javier. Había que decir cuatro cosas bien dichas pero sin perder ese sentido que lamentablemente se pierde a pasos agigantados en la España del chiste y el chascarrillo, y en el ámbito del Pregón a veces excesivamente solemne: el sentido del humor. De buen humor, de humor sano, Javier va sobrado. Y se agradece. Fue un magnífico guiño a Forges que tantas viñetas nos regaló a lo largo de los años con "Cosas que hacer en la Semana Santa". Forges, que también se nos ha ido, como tantos de los que el pregonero recordó. Los de nombre de sobra conocido pero también los otros, aquellos cuyos nombres nunca aparecen en pregón alguno porque son anónimos, pero también arriman el hombro, también contribuyen a hacer grande la Semana de Pasión de Zamora.

El pregón de Javier merecería no estas pocas líneas, si no más de una página porque la suya fue la lección de un auténtico profesional todo terreno, en un tono y de una forma hasta ahora desconocida pero válida. Un tono y una forma que a todos agradó y a nadie disgustó. Un tono y una forma que levantó encendidos aplausos. Y, hablando de ellos, para ovación, la tributada a la Guardia Civil, merecidísimo 'Barandales de Honor'. La ovación hizo emocionar a cuantos agentes acompañaron al Teniente Coronel, Manuel Rodríguez Zabala e incluso a los que sin ser miembros de la Guardia Civil se dieron cuenta del inmenso cariño y gratitud que encerraban aquellos aplausos con el auditorio puesto en pie. La Guardia Civil de Zamora y la de toda España se merece por su entrega, su generosidad, su disciplina, su grandeza, su sacrificio constante, su historia de valor y de valores, los principios que inspiran su labor profesional, todo lo que adorna a los hombres y mujeres del Benemérito Instituto, el aplauso y el cariño de los zamoranos.

Y, hablando de mujeres, una que ha hecho historia. Una que es pionera. Que se lo ha currado para llegar donde está, trabajando incansablemente, cuántas veces hasta la extenuación. Isabel García Prieto, actual presidenta de la Junta Pro Semana Santa, la primera y ojalá que no sea la última cuando llegue, dentro de muchos años, la hora del relevo. Porque Isabel tiene ante sí muchos retos a los que se está enfrentando con valentía y no pocos dolores de cabeza. Tengo para mí que Isabel está necesitando ver reflejado en palabras de cariño y algún que otro abrazo, el apoyo y el afecto de los zamoranos, especialmente de los semanasanteros y de las mujeres que también hacen con ella camino. Isabel constituye por sí sola uno de esos momentos de pasión que venimos viviendo desde el pasado jueves y que no podían haber comenzado mejor.