Menudo belén se ha montado con la muerte del senegalés Mame Mbaye. De su fallecimiento tiene la culpa un infarto de miocardio que nadie hubiéramos querido le sorprendiera en su huida. De todo lo demás que se ha organizado en el barrio de Lavapiés la tienen la tibia respuesta de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, incapaz de respaldar lo que, un vídeo y una autopsia acaban de demostrar y la mala baba de los ediles de Ganemos que sin encomendarse a Dios pero puede que sí al diablo, insisten en que se vulneraron los derechos humanos.

Esta gente a la izquierda de Carmena, sólo sabe apelar a la libertad de expresión y los derechos humanos cuando les conviene y pueden sacar redito de semejante apelación. La policía está encabronada con la actitud de los anticapitalistas y antisistema del Ayuntamiento madrileño, mientras que la Policía Municipal de la capital de España, y más concretamente los agentes que patrullan Madrid, se muestra acojonada ante la violenta actitud de los manteros. Vídeos hay que ponen de manifiesto la saña con la que los manteros senegaleses se han empleado contra el mobiliario urbano que pagan todos los madrileños, los automóviles aparcados en distintas calles que paga el seguro y la integridad física incluso de algún que otro anciano que, a la hora de contar lo que vio ha visto coartada su libertad de expresión ante la violencia verbal que a punto estuvo de ser física.

Si matan al anciano, eso no hubiera tenido importancia, uno menos a percibir pensión, lo importante son los manteros, oficio ilegal aquí, en Francia, en Italia y en cualquier país de la UE, porque para eso, los ediles de Ahora Madrid, expertos en redes sociales, se han encargado de calentarlas convenientemente contando mentiras en contra de la propia Policía Municipal de Madrid y elevando a los altares a Mbaye y al resto de manteros, exigiendo el final de las que ellos consideran "políticas migratorias racistas y xenófobas que privan de sus derechos a los migrantes". Siempre hablando de derechos pero nunca de deberes. No hay deberes ni para los migrantes ni para aquellos colectivos a los que dicen defender, sólo derechos. Los deberes se quedan para el resto de ciudadanos que pagan religiosamente sus impuestos y cumplen con la legalidad.

Del viejecito, al que casi agrede un joven con rastas y un lenguaje verbal subido de tono que atentaba a todas luces contra el derecho al respeto del anciano, de eso no dicen nada. Especialmente porque el anciano que lo presenció todo, iba a contar la verdad a una televisión, la verdad que a los Podemos de Madrid, no les interesa. No me extraña que Begoña Villacís, en valiente, haya acusado a Podemos y Ahora Madrid, de difundir "bulos" sobre la muerte de Mbaye. La Villacís les exige que pidan perdón. Vana exigencia. Esta gente, una vez que suelta el veneno no se retracta bajo ningún concepto. La perversión de que hacen gala lleva mucho tiempo incomodando a la mayoría de ciudadanos madrileños, hartos de la ineficacia de Carmena y las mentiras en las que viven instalados cuantos han llegado a tocar poder en el consistorio madrileño y lo gobiernan como si de ellos fuera. Ni con los ciudadanos cuentan si no es para manipularlos y, eso sí, defender los derechos a la carta que ellos se guisan y comen.