En este caso no se puede aplicar textualmente la conocida expresión que viene a significar que cuando se dice llueve sobre mojado es que no se aporta nada nuevo, que todo sigue igual. Llueve sobre mojado, porque la lluvia se ha venido a empadronar a Zamora, que buena falta tenía, y ya sea en compañía de Emma, de Félix o de Giselle, nos está dejando buenos registros. Llueve durante la noche, llueve por el día y mientras esto sucede el Duero que ya pasaba escasito por delante de nuestras narices, empieza a crecerse, empieza a mostrarse ufano de su caudal y de su fuerza.

Mientras no haya crecidas que hagan daño, que aneguen viviendas, que den al traste con cultivos, bienvenido sea el aumento en el caudal de este padre fluvial al que no le sacamos todo el rendimiento turístico y paisajístico que puede prestar a la ciudad. A su paso por la capital, el Duero empieza a constituir todo un espectáculo. En apenas 24 horas ha tenido un subidón de mucho cuidado. Le ha venido y nos ha venido bien, porque estaba el pobre Duero que daba más pena que otra cosa. Parece ser que la lluvia va a seguir siendo la tónica general de nuestros días y nuestras noches. Mientras se detenga en la frontera del viernes de Dolores, vuelvo a repetir, bienvenida sea. Nos hacía mucha falta.

Lo malo es si le da por llover cuando dé comienzo la Semana de Pasión. Los hosteleros están en vilo. "Semana Santa mojada, cajón seco" y eso va en contra de las finanzas de tantos bares y restaurantes como pueblan el callejero local. Eso en cuanto a uno de los principales sectores de la ciudad, pero es que si llueve durante esos días, los desfiles procesionales se ven afectados. No es lo mismo salir, aunque haga frío, con una luna llena impresionante, que bajo un cielo emborronado de nubes.

Volviendo al Duero, mientras suba tan crecido será cierto aquello que deploraba el poeta, que nadie a acompañarle bajará, entre otras cosas porque se han cerrado los paseos que lo festonean. Se corre un cierto peligro si se desoyen los consejos policiales. En cuanto el deshielo se produzca el Duero sacará más pecho y puede que nos ponga en algún que otro aprieto si la tónica general no cambia. Los mapas meteorológicos meten miedo. A día de hoy da la sensación de que el estado del tiempo va a variar poco o casi nada. La esperanza es lo último que se pierde y lo mismo el tiempo cambia de forma radical. La primavera está a la vuelta de la esquina y puede que a su llegada todo dé un giro hacia el sol.

Sea como fuere, podemos darnos por satisfechos con las precipitaciones habidas en Zamora y provincia. El suelo estaba reseco y el asunto comenzaba a preocupar. No es Zamora una ciudad que registre unos datos pluviométricos adecuados a cada época del año. Más bien la lluvia se resiste. Menos ahora, en que ha cogido el saborete y se ha quedado entre nosotros, arrastrada por Emma, Félix y Giselle que parecen haberse confabulado entre sí y con la lluvia para alegrar a unos y fastidiar a otros. Y es que, una vez más, se ha comprobado que "nunca llueve a gusto de todos". Y en eso, también llueve sobre mojado.