No dejo de pensar en las vergonzosas y puñeteras declaraciones de Luis María Linde, gobernador del Banco de España, sobre los pensionistas. Nos han indignado, y más, a todos los españoles. Este tipo y otros como éste que se van a jubilar con las pensiones máximas y dinero de sobra en la cuenta corriente, debieran manifestarse y obrar de manera más prudente y solidaria, sobre todo para con un colectivo tan importante como el de pensionistas y viudas, que en muchísimos casos, reciben migajas y se tienen que conformar con cuatrocientos euros.

El señor Linde rozó, o puede que la traspasara directamente, la linde de la afrenta. Se permitió decir que como "muchos jubilados tienen casa propia, eso mejora la pensión". ¿En qué? ¿En que no tienen que ir a vivir bajo el puente? ¿En que pueden permanecer en el hogar en lugar de dejarlos aparcados en la residencia de turno que encima cuesta una pasta gansa? ¿En que no tienen que pagar renta? Pero tienen que pagar otras muchas cosas que lleva implícita la propiedad. Y, apueste lo que quiera, a que todos los pensionistas con casa en propiedad se la han comprado con el sudor de su frente.

Este país no se porta bien con los jubilados. Bueno, pobre España. Son los gobiernos, todos, incluso los que blasonan de haber hecho lo que las hemerotecas les desmontan, los culpables directos de la penosa situación por la que atraviesan tantos y tantos pensionistas. Si los Linde de turno y los que calientan escaño en Senado, Congreso, comunidades autónomas, ayuntamientos y demás, no se subieran el sueldo nada más amanecer el nuevo año, hasta colocarlo en la estratosfera, a lo mejor habría para todos sin tener que contar con el IPC, elemento que ha entrado a formar parte de la matización que Linde ha hecho sobre sus palabras. El Gobernador del Banco de España ve "difícil" subir las pensiones al ritmo del IPC.

Tenemos nuevo ministro de Economía, Industria y Competitividad, Román Escolano, quien hoy se sentará por primera vez en el Consejo de Ministros y que algo tendrá que decir al respecto, pero como nos están advirtiendo que su política será continuista, no sé yo qué pensar, aunque habrá que concederle los cien días preceptivos.

Ni Linde, ni el presidente del Gobierno, ni el líder de la oposición tienen que mentar para nada la vivienda de los pensionistas para la que estuvieron ahorrando años y más años. Ese no es un argumento para no subir las pensiones. Porque si este señor quiere argumentos, cualquier ciudadano puede dárselos en función de su sueldo, sus canonjías y las de todos los que ocupan ciertos puestos, algunos inmerecidos, que más que de los pensionistas están pendientes de sí mismos.