Cuánto más canallas y más ganas de guerra tienen los independentistas catalanes, más prebendas consiguen del Estado español. Porque los independentistas no se conforman ni con más dinero ni con más autogobierno. Lo quieren todo. Y todo es la independencia. Es la forma idónea de seguir robando como han hecho los Pujol sin el control del Estado que todo lo desbarata. Quieren ser la república más rica de Europa y el Estado español se lo está propiciando de muchas formas. Unas perdonando, otras aguantando, otras inyectándoles pasta gansa, pero muy gansa y la de más allá tolerándoles lo que no se tolera a ninguna otra comunidad autónoma.

Las afrentas del independentismo catalán son constantes, su tozudez una cruz y su avaricia un problema. Así y todo hay que darles contento, hay que darles gusto, hay que hacerles felices de cualquier manera posible. Los independentistas pasan de la feria esa de la tecnología móvil que recién ha terminado, pero no así el gobierno que no está dispuesto a perder el evento. A lo que sí está dispuesto el Gobierno de España es a inyectar una cifra astronómica al MWC para que siga en Barcelona convirtiéndose así en el garante de al menos 165 millones de euros de subvención que irán a parar a los bolsillos de la asociación londinense de las grandes operadoras internacionales que organiza el susodicho congreso.

Dicho de otra manera, para que Colau, Torrent y compañía presuman, el conjunto de los contribuyentes patrios tenemos que hacer un notable esfuerzo a fondo perdido para que Cataluña y por ende la Ciudad Condal albergue y retenga el congreso mundial de móviles. Que bien disparan los independentistas con pólvora ajena. Pero eso no lo cuenta la televisión catalana. Sus bustos parlantes sólo hablan del dinero que 'presuntamente' les robamos el resto de españoles. Y he añadido lo de 'presuntamente' porque para ellos es un hecho probado que el resto de España vive a costa de Cataluña. Más bien es al revés.

Cabe preguntarse de qué coños vive el independentismo catalán. De que coños viven los fugados. Que nadie les tenga pena. Viven a papito que quieres, unos en Bruselas y la otra en el núcleo principal del sector bancario. En esas ciudades el nivel de vida es altísimo, entonces, ¿de dónde sacan la pasta? ¿Quién está pagando las facturas? Ah, ¿pero lo duda?, el dinero público. Lo que sacan de aquí y de allá, fundamentalmente proveniente de Madrid, con la inestimable ayuda de las dos principales órdenes mendicantes catalanas, Omnium Cultural y ANC.

Cómo es posible que sabiendo lo que se sabe se atrevan a protestar y a criticar a España. Cómo es posible que pongan verde o amarillo, me da igual, al señor Rajoy, cuando el señor Rajoy es el español más preocupado por Cataluña. Le remito al regalo que hace a esa comunidad para que conserven el congreso de marras. Semejante lotería siempre va a parar a los mismos sitios. Aquí a Zamora no traen ni la pedrea de algún sobrante de tanta subvención como, en el caso de Cataluña, alimenta y engorda al independentismo y asegura la fiebre secesionista.