Entre "la Bestia del Este" que campa en Europa por sus respetos y "Emma" que hace lo propio por España, nos tienen con los congojos aquí mismo, donde antes reposaban traidoras las anginas. ¿Quién dijo que no habría invierno? Si llega a haberlo nos congelamos vivos. No siempre que nieva o llueve, templa. En esta ocasión el termómetro no ha tenido la fuerza necesaria para aliviarnos el rigor con el que la "Bestia" y "Emma" nos han obsequiado. Un rigor que cotiza a la baja. Bajo cero. De esta situación sólo ha habido algo en positivo, algo bueno: agua.

Necesitábamos agua en sus dos versiones, nieve y lluvia y, afortunadamente, agua tenemos. No podemos cantar victoria puesto que la sequía ha sido salvaje y los pantanos y los ríos han sufrido las consecuencias directas, junto con nuestra salud, la individual y la colectiva. Vuelvo a repetir que no siempre que nieva o llueve, templa. Así ha sido en esta ocasión. Como la meteorología no es una ciencia exacta, los expertos televisivos del tiempo han ido por un lado y la realidad meteorológica por otro.

Nos han venido anunciando unas máximas de hasta catorce grados cuando en realidad el mercurio no pasaba de cuatro o cinco. Bajo cero de madrugada y un exiguo sobre cero durante el día. Hablando de días, llevamos unos cuantos la mar de complicados en la mayoría de ciudades y provincias españolas. A carretas y aeropuertos le remito, atascos, retrasos, resbalones, sal a montones y lo más doloroso caídas con consecuencias y muertos. 'Emma' ha dejado en toda España, por lo menos cuando esto escribo, seis fallecidos y 40 provincias en alerta. Vizcaya, Huelva, Asturias y Huesca se han llevado la peor parte. Emma se ha destapado como una auténtica mata hombres.

Eso de bautizar a los fenómenos atmosféricos con un nombre propio sigue resultando chocante y eso que el bautismo de estos fenómenos se remonta a 1825. Ya ha llovido y vuelto a escampar desde entonces. Los nombres de hombre han dado paso a los de mujer que han irrumpido con una furibundia inusitada. Es verdad que Harvey e Irma, apelativos de los dos últimos huracanes, han sembrado el pánico tanto en el Caribe como en el sur de Estados Unidos. Harvey acabó convertido en tormenta tropical, sin embargo Irma se despachó a base de bien en un montón de países dejando un rastro de muerte a su paso.

En cierta medida, Emma nos ha acojonado un poquito hasta el punto de que va a conseguir que no la olvidemos. Ha puesto en alerta a toda España y de alguna manera se ha 'empoderado' si se me permite ampliar el campo de aplicación de la palabra en cuestión, al fin y al cabo Emma es mujer. Y con nombre de mujer se bautizan todos estos líos meteorológicos.