Han logrado lo imposible. Los del PP y el tal Mariano Rajoy ha conseguido lo que nadie se esperaba. Su último reducto fiel de votantes, nuestros mayores, se ha levantado. Vaya. Hay que tener talento para conseguirlo. Talento a la inversa, claro. Este jueves las calles de numerosas ciudades de España se llenaron de pensionistas. En Madrid, el Congreso se vio rodeado/bloqueado por un mar de canas venerables y arrugas indignadas. Y Bilbao no veas. Y Valencia. Y Valladolid. Y un sin fin de etcéteras. "Nos han rejuvenecido los abuelos, nos dejan en evidencia", suspiraban algunos de sus posibles hijos/nietos en las estériles redes sociales, donde tanto protestan quienes no protestan donde deben; quienes, puros ellos, ni siquiera votan a partidos capaces de plantar cara a los modernos esclavistas. Mirábamos a los jóvenes, y van y explotan sus abuelos.

Sería gorda que el futuro viniera del pasado. Y que las modernas armas de una revolución social no fueran, como no pueden ser, las desaparecidas hoces o las puntiagudas tornaderas; ni el campesinado extinto o las masas obreras que en Zamora jamás vimos. Sería gorda que el moderno símbolo de una revuelta fuera un mar de cayatas, cayados o bastones; el grito cascado de quienes habiendo dado todo, se tomaban un descanso más que merecido; la indignación de quienes llevan escritas vidas imposibles en cada uno de sus pliegues. Pues el PP lo ha logrado o está a punto. Enhorabuena, amigos de Maíllo, colegas de San Damián, seguidores del impúdico M. Rajoy. Habéis logrado cabrear a los campeones mundiales de la paciencia, a quienes lo aguantan todo, a quienes creían más en la cultura del esfuerzo que en la de la protesta.

Y no los habéis cabreado por irlos condenando, sin mucho disimulo, a pensiones de miseria y a la maldición del deterioro de cuanto necesitan (sanidad, dependencia, copagos, residencias?). Se han cabreado porque no habéis parado de tomarlos por idiotas. ¡Esas cartas anuales de la ministra Fátima alardeando de subidas ficticias e insultantes?! ¡Esas declaraciones públicas repletas de mentiras tan flagrantes como que se mantiene el nivel adquisitivo de las pensiones?! ¡Esos ataques sistemáticos a las familias, negando el derecho a salarios dignos a sus nietos, hijos y demás parientes?! ¿De verdad suponíais que nunca se iban a encabronar los sabios de la tribu, nuestra memoria colectiva, los que sembraron todo lo bueno que hoy cosechamos (cuando vuestros modernos esclavistas nos dejan), quienes mejor saben que la realidad está y se cambia en las calles, y no tumbados en el sofá dándole a un "me gusta" o con un "retuit"?

Se os ha ido la olla. Os habéis ido enredando en un selva de mentiras regada con un diluvio de desprecios. Habéis perdido la empatía con la gente, con vuestra propia gente, con quienes os votaban contra toda evidencia solo por temor a cualquier cambio. Y no lo digo tanto por los del PP de aquí, los que vivís junto a nosotros, que al fin y al cabo pisáis calle y oiréis de todo en vuestro entorno. Pero sabéis mejor que yo que a los de arriba, a vuestras altas cúpulas y mando, se les ha ido el "oremus", han perdido el norte y el sentido. Cuando se cabrea a los pensionistas, a los ancianos, a la memoria de la tribu, a quienes están de vuelta de todo porque todo lo vivieron; se ha cabreado mucho antes y hasta el límite al conjunto de la sociedad. Pues a los mayores nunca les saca de sus casillas la pobreza o el sufrimiento propios. Si salen a la calle, si estallan, si os amenazan de pronto enarbolando canas, arrugas y bastones, es porque no soportan más que os riais de ellos, como os habéis reído antes de todos y cada uno de los miembros de su familia.

Vuestro Presidente en minoría tiene un gran talento. Conseguirá cumplir su sueño de estar dos mandatos en Moncloa. Pero ya vais viendo el precio. Tras él no quedará ni la gaviota del partido. No se puede uno reír de todo el mundo durante tanto tiempo, o despreciarlo, o gobernar contra todo y contra todos; salvo, claro, contra sus amos, los modernos esclavistas. Habéis logrado que se planten y salgan a la calle hasta los guardianes últimos de la estabilidad y la resistencia al cambio. Nos gobiernan genios. Esperábamos la ira de los jóvenes y ha estallado la de los mayores. Qué orgullo. Qué tremendos. "¡Sí se puede!". Nos vemos en las calles y nos veremos en las urnas.

(*) Escritor, periodista y Secretario de Organización de Podemos CyL