No sé qué extraña maldición se cierne sobre Zamora, que sólo se acuerdan de nosotros para llenarnos de la mierda del desarrollo económico.

Ahora tocan las macrogranjas, para cebar cerdos que comen y cagan, aunque a los residuos los llamen con el eufemismo científico de purines, que parece algo relacionado con la pureza pero que contaminan el agua pura y la tierra virgen de la que bebemos y comemos los zamoranos, sin darnos cuenta.

Los cerdos se los llevan después a otros territorios donde se transforman en jamones, chorizos, lomos, salchichones, "espeteces" o como sea el plural, morcillas y buenos alimentos, que pagamos a buen precio con las menguadas pensiones y los sueldos más bajos de España.

Ni siquiera podemos valorar para consolarnos los pocos puestos de trabajo que se crean para atender las macrogranjas. Y no solo por comparación con los que se necesitan para la transformación en alimentos, que son muchísimos más, sino porque además se cargan a los pequeños y medianos agricultores -por contaminación del campo- y ganaderos a título principal, que han resistido a las reformas de la PAC y a la soledad de la despoblación galopante de la provincia. Si fuera la primera vez que vienen a traer la mierda nos pillarían desprevenidos. Pero yo he estado rebuscando en los cajones de la memoria para recordar el lema de la pegatina de una de las primeras luchas en Zamora contra los residuos, esta vez atómicos, cuando quisieron poner en Moral de Sayago, al lado del Duero una Central Nuclear, que nos iba a traer la mierda del progreso de la energía nuclear: "Nucleares? No. Gracias".

Entonces tampoco nos pilló desprevenidos a los zamoranos que ya habíamos visto lo que pasaba con la energía hidroeléctrica producida por los embalses que anegaron pueblos enteros y valles, y que dejaron por aquí pueblos sin luz, sin agua potable hasta el día de hoy en pleno siglo XXI, y sin posibilidad de regar por falta de infraestructuras? E infraestructuras de poblados fantasma con residencias y chalecitos que ocupaban los trabajadores de Endesa y de Iberduero-Iberdrola, que están vacíos o abandonados como el de Castro? y encima nos los quieren vender.

Mención aparte por justicia se merece recordar el precio pagado a la mierda de desarrollo por los 144 muertos por la rotura de la presa de Vega de Tera, desde entonces "presa rota", que se llevó por delante a todo el pueblo de Ribadelago, que aún hoy no ha conseguido ni un museo digno que recuerde su triste memoria. La nuestra.

La central nuclear no se construyó en Zamora, pero al poco tiempo volvieron a la carga para investigar si nuestro subsuelo granítico de Sayago era idóneo para enterrar los residuos de las centrales en un cementerio nuclear: O sea, directamente para albergar la mierda derivada de la energía, eso sí con toda seguridad. Seguramente se creaba algún puesto de trabajo directo y muchos más indirectos. Otra vez a sacar la pegatina: "¿Nucleares?, No gracias".

Tampoco pusieron el cementerio nuclear, pero erre que erre, volvieron a acordarse de Zamora cuando la mierda de desarrollo que volvió locas a las vacas por engordarlas con sus propios residuos, exigía acabar con los pobres animales incinerándolos en centrales térmicas que también generaban energía. Esta vez le tocó la mierda de desarrollo a la Guareña, que tuvo que ponerse la pegatina correspondiente para evitarlo.

Y todos los intentos se evitaron gracias a la lucha de los zamoranos por un modelo de desarrollo propio alejado de las mierdas de desarrollo que nos han ofrecido históricamente hasta ahora, que vienen con las macrogranjas de porcino - en otras zonas de Castilla y León también de vacuno- para dejarnos aquí los residuos contaminantes, o sea la mierda, y llevarse fuera los animales para instalar las fábricas de ¡chorizos!, que eso son los que nos proponen esta mierda de desarrollo a los zamoranos.

¿Se puede saber qué les hemos hecho para que miren siempre a la Zamora para lo mismo?

De nada sirve que declaremos a la provincia "reserva de la biosfera", la vendamos desde la Diputación como "Patrimonio sostenible", y hagamos polígonos en los pueblos para que no se instale nadie y nos roben los cables, como en Tábara. Por robar nos roban hasta el patrimonio y el cepillo de las iglesias de los pueblos.

Siempre habrá quien diga que prefiere morir de contaminación que de hambre, aquí y en otras zonas de la España que se despuebla por falta de trabajo. Pero habrá que volver a ponerse la pegatina en solidaridad con los que quieren seguir viviendo en su pueblo, sin que lo ahogue ni el agua de un embalse, ni la contaminación de los purines?ni la mierda de desarrollo que nos ofrecen.

Porque Zamora no es un país de mierda: "¿Macrogranjas? No, gracias".