Abrir el grifo y tener agua. Un gesto que puede parecer simple en nuestras sociedades desarrolladas y que, sin embargo, desde hace ya muchos años trae de cabeza y acarrea no pocos conflictos a los alcaldes y municipios de nuestra provincia. Es verdad que estamos atravesando por un periodo de sequía grave, pero cuando las lluvias eran abundantes, no hace aún mucho, y nuestros pantanos estaban llenos, los pueblos de Zamora seguían teniendo que suministrar a sus vecinos a través de camiones cisterna. Una imagen que nos hace recordar tiempos de penuria, que debían haber sido desterrados de nuestra realidad cotidiana.

Al final, lo que está ocurriendo con el agua en la provincia es una coordinación nefasta, una gestión ineficaz y una clara problemática de reparto de competencias entre las distintas administraciones. Está claro, y la realidad así lo ha demostrado, que dejar en manos de la gestión de pequeños ayuntamientos el suministro del agua no ofrece garantías a sus vecinos, y más pronto que tarde se ven abocados a buscar subvenciones, mancomunarse o directamente pedir el suministro a la Diputación.

La institución provincial, por su parte, lleva décadas mostrando su ineficacia, cuando no su completa desidia, a la hora de abordar el problema. No cuenta con un plan de dinamización del suministro de agua, ni con depuradoras a nivel provincial, y al final intentan que no se le rebele el personal anunciando "parches" en los presupuestos anuales. La realidad es que promueven las redes de "clientelismo" entre los municipios en los que tienen representantes de su color, y dan la espalda a los de signo contrario.

Desde Ciudadanos no podemos sino alzar la voz contra esta tela de araña, que no deja avanzar a nuestra provincia y proponer soluciones como la fusión de servicios municipales, que llevamos en nuestro programa. De esta forma, los ayuntamientos no tendrían que ingeniárselas para autoabastecerse, se paliarían las peleas entre Consistorios, como la no poco vergonzante ocurrida hace unas semanas entre Andavías y Palacios, y se acabarían con "los amiguismos" en el reparto desigual de las subvenciones por parte de la Diputación provincial. Máxime si conseguimos que instituciones superiores como la administración regional asumiera una supervisión de este servicio básico.

Además, no puedo cerrar esta reflexión, sin aludir a la calidad del agua que consumen nuestros vecinos en muchos pueblos de Zamora. Frecuente es que aparezcan informaciones denunciando los niveles de nitratos, sulfuros y arsénicos que aparecen en los análisis del agua del que se abastecen los municipios de la provincia.

Durante unos días vemos como la Administración provincial pone el grito en el cielo, promete soluciones, manda camiones cisterna y poco más. Meses, e incluso años después, los vecinos siguen acudiendo con garrafas a la plaza del pueblo, mientras los que pueden solucionar esta problemática se olvidan del asunto.

Está claro que construir depuradoras, como nuestro grupo regional no se ha cansado de reivindicar en las Cortes para poblaciones como por ejemplo Fermoselle, no aporta votos. Es mucho más popular dedicar los fondos públicos a sufragar fiestas, orquestas, toros...

Responsabilidad con el dinero de todos, una vez más, como pedimos desde Ciudadanos. Porque al final no es cuestión de gastar más, sino de invertir mejor.

(*) Coordinador provincial de Ciudadanos