La oferta institucional a la firma estadounidense Tesla realizada desde la Diputación de Zamora, el Ayuntamiento de la capital y, esta misma semana, el de Muelas del Pan, se ha convertido en motivo de esperanza y también en polémica ante lo que algunos califican como oportunismo incapaz de traducirse en un proyecto con visos de realidad. El titular de hace una semana en estas mismas páginas daba una idea del intenso objeto de deseo en que se ha convertido Tesla para las provincias con menor índice de desarrollo: La "España vacía" apuesta por el fabricante de coches eléctricos como respuesta a la falta de proyectos de futuro que aseguren empleo y, por tanto, fijen población en zonas que, como Zamora, parecen destinadas a desaparecer a medio plazo.

La "fiebre Tesla" recuerda a la "pesadilla Renault", la leyenda urbana que durante décadas ha ido de boca en boca de los zamoranos, a pesar de que tanto la alta dirección de Renault como dirigentes como el recientemente fallecido exdelegado de la Junta de Castilla y León, Juan Seisdedos, hayan desmentido hace años dicho rumor. Zamora nunca contó en los planes de Renault ni su ubicación en Valladolid se debió a que aquí se le negaran terrenos gratis para instalarse. Por si acaso, las instituciones han corrido esta vez a "ponerse las pilas", lo cual es loable porque la situación social y económica de Zamora no está para desperdiciar ninguna oportunidad por muy remota que esta se dibuje.

Son muchos los factores que cuentan a la hora de que una gran marca decida ubicar en un territorio determinado su fábrica, en esta ocasión, nada menos que la primera planta europea de Tesla, que, de momento, mantiene sus planes en el más absoluto de los secretos, siguiendo la norma de la marca americana. Si en el caso de Renault muy probablemente pesaran las posibilidades de comunicación y transporte de las que, entonces, carecía Zamora, para los responsables de Tesla existe una razón básica que les lleva a explorar zonas en el noroeste de España: los yacimientos de litio, es decir, el material básico para las baterías de los automóviles que aspiran a desbancar el reinado de los combustibles fósiles.

Existen tres zonas portuguesas fronterizas con Galicia y Castilla y León que se dibujan como las grandes reservas europeas para la extracción de litio: la Sierra de Arga, en el Alto Miño, Montalegre, fronterizo con Orense, y el término de Barca d´Alba, situado en la Raya junto a los Arribes del Duero de Salamanca y de Zamora. Una empresa australiana, Dakota, ha realizado ya las prospecciones que permiten asegurar que en esas tres zonas portuguesas se concentran las mayores reservas de litio de toda Europa. Incluso existen evidencias de yacimientos en zonas como Pinilla de Fermoselle del metal más preciado para los productos de nuevas tecnologías. Y tanto Tesla como el resto de gigantes automovilísticos son conscientes de que la demanda de coches eléctricos comienza a dispararse en países como Noruega, donde ya copan más del 20% de las ventas en el mercado automovilístico.

Con lo cual, si Zamora tiene alguna opción para esa hipotética llegada de Tesla está directamente vinculada a la proximidad de las explotaciones del litio si no ya al yacimiento, sí en lo que se refiere a la facilidad de acceso y, por tanto, en abaratamiento de costes. Y en ese sentido, afortunadamente, las conexiones de Zamora han cambiado mucho y para bien en los últimos 15 años. Otras condiciones aprobadas por unanimidad en los plenos de ayuntamientos y diputación se requieren igualmente pero no solo para Tesla, sino para cualquier otra marca, incluso las más modestas, en esa imprescindible búsqueda para atraer inversores a la provincia capaces de generar empleo a gran, mediana o pequeña escala. Todo suma.

Por tanto, las facilidades y el interés demostrado en el caso de Tesla tienen que ser idénticas, también para los propios inversores zamoranos, que los hay. Ningún empresario puede permitirse meses de espera para la formalización de trámites burocráticos, que sigue siendo uno de los talones de Aquiles, sobre todo de la capital zamorana para la imprescindible inversión. Ningún proyecto sobra y habrá oportunidades para demostrarlo, sobre todo en lo que se refiere a la industria agroalimentaria que demuestra fortaleza frente a la atonía generalizada de la economía provincial.

El ranking de las firmas de mayor facturación de Castilla y León, publicado esta misma semana, vuelve a mostrar la fortaleza de cooperativas como Cobadu o como lácteas como Hijos de Salvador Rodríguez, Lácteas Cobreros, Freigel o Gaza, esta última a la espera de una ampliación que le permitirá crecer todavía más. Un crecimiento que debe traducirse cuanto antes, porque Zamora solo cuenta con cinco empresas con facturación por encima de los 50 millones de euros al año. Uno de ellos, el Consorcio de Promoción del Ovino. Esta última y el auge de las lácteas vienen a demostrar, por último, la importancia que puede tener el desarrollo de la Escuela Nacional de Industrias Lácteas que esta semana ha recibido el apoyo inicial de la Junta. Esperemos que esa sea la senda a seguir de forma general, venga o no Tesla.