Sobran los motivos para participar en el nuevo proceso de Elecciones Agrarias en Castilla y León. El 11 de febrero, o anticipadamente, cada uno de nosotros tenemos una nueva oportunidad de manifestar democráticamente, la firme voluntad de defender nuestro propio futuro y el futuro colectivo de los profesionales del sector agrario. ¿Alguien puede aún pensar que aquello que no defendamos nosotros mismos, como sector, lo defenderán quienes nos están devorando en esta jungla de políticas y mercados agroalimentarios?

Ya sabemos que la fuerza del campo es limitada y que el día 11 de febrero no vamos a resolver los problemas del sector. Pero sembramos para recoger. Con cada voto a la Alianza fortalecemos la unidad del campo. Y la unidad fortalece a cada profesional. No debemos ceder ante el abstencionismo y ante los instigadores del "sálvese quien pueda". Porque es una estrategia de quienes nos prefieren débiles.

En todo caso es el momento de separar el grano de la paja. Estas son unas elecciones agrarias, no políticas, aunque algunos antepongan sus intereses partidistas. Son unas elecciones para poder representar y defender un modelo de agricultura. ¿Pero qué modelo? ¿Prioritariamente el de los hombres y mujeres profesionales A titulo principal, como siempre hemos defendido nosotros, o una agricultura sin agricultores, para cuatro grandes que pretenden desplazar a la mayoría del campo? También conviene separar a los demagogos y oportunistas que aquí dicen una cosa y allá hacen la contraria. Reforzar la unidad sindical y el modelo social y profesional es lo que necesitamos hacer el día 11, ante lo que tenemos enfrente.

Un puñado de grandes operadores financieros controlan la agricultura y la alimentación, en los actuales mercados globalizados. Ahí está el oligopolio cerealista de los ABCD, que dominan el 90% del mercado mundial. Por eso a pesar de la gravísima sequía que aquí hemos padecido en 2017, los cereales han cotizado a la baja.

Entre seis grandes cadenas dominan la distribución y la cadena alimentaria. Así mantienen los abusivos márgenes comerciales, del 450% de media, pagando cada vez menos al productor.

Poderosos intereses acuerdan tratados comerciales, ahora toca Mercosur. Y uno de los que negocia es el ministro de Agricultura de Brasil, a la vez un potentado con más de 200.000 hectáreas de cultivo para la exportación a la Unión Europea. ¿ Dónde está la preferencia comunitaria, la justa reciprocidad, la seguridad y sostenibilidad, en defensa de nuestras explotaciones profesionales?

En España el 20% de la tierra de cultivo está en manos del 0,5% de los propietarios, que se llevan buena parte de la PAC. ¿Para cuándo un reparto justo, a favor de los agricultores ATP, hombres y mujeres del campo? Capitales especulativos están entrando en el sector, desplazando a los profesionales.

¿A quién beneficia la instalación de macrogranjas de integración de porcino o de vacuno de leche con sus 20.000 animales, como es el caso de Noviercas?

Y para que no nos falte de nada, nos acosan quienes desde las ciudades prefieren que el campo sea selva. ¡Antes un lobo que un pastor! ¡Pero no renuncian a comer todos los días! Olvidan que el campo alimenta a la ciudad. Que defendemos la preservación medioambiental cada día, no solo los fines de semana.

Todos ellos tienen una posición dominante. Están organizados como grupos de presión y condicionan las decisiones políticas de los gobiernos.

La Alianza por la unidad del campo, como nuestra organización, se opone frontalmente a estos grupos y al modelo agrario y alimentario que representan. Porque echan del campo a los profesionales, a los hombres y mujeres que trabajan directamente en la actividad agraria y viven principalmente de este trabajo. Porque siempre hemos defendido y defenderemos una agricultura en manos de agricultores y agricultoras, no una agricultura en manos de grandes capitales ajenos al sector y meramente especulativos.

Somos una herramienta sindical imprescindible para la defensa de nuestro modelo social y profesional agrario. Por eso necesitamos los votos. Cada voto es una voz del campo que debe ser escuchada y será el aval de nuestra representatividad ante las instituciones. Aspiramos a ser la primera fuerza sindical agraria en Castilla y León, siendo ya reconocidos como más representativos a nivel nacional y en los organismos comunitarios.

La organización que represento, COAG, ha cumplido recientemente 40 años. Nosotros no hemos cambiado el rumbo. La independencia sindical, el carácter reivindicativo, la pluralidad, la defensa de una agricultura social y profesional, han sido y son nuestras señas de identidad. Son 40 años de lucha en defensa de la dignidad de la gente del campo. Y la dignidad es lo primero. Nos presentamos a estas elecciones agrarias nuevamente como Alianza con UPA. Porque nuestros objetivos son: más unidad, más fuerza, más campo, más futuro.