Comenzaba la Era Cristiana, Zamora, como toda la Hispania, formaba parte de la provincia romana dominada por Octavio Augusto. Aquí ya no se ambicionaba la independencia sino la paz, una paz a la que se llamó octaviana.

La civilización romana se imponía en nuestro suelo a costa de tributos y exacciones que exigían los pretores. Ya había en aquellos tiempos corrupción, los empleados subalternos, con una inmoralidad reprobable, oprimían a los pueblos para obtener privilegios.

A Roma se enviaba, como carga o gravamen complementario, la vigésima parte de la cosecha de grano al precio que tasaba el Senado. Se exportaban a Roma lanas, aceite, vinos y otros frutos.

Lo más sensible era la saca de hombres hispanos para reforzar las legiones de guarnición en Siria, en Egipto y otras regiones lejanas.

Sin prestar demasiada atención al progreso de la Agricultura y el Comercio, se interesaron más los romanos por la explotación de minerales, que también atrajeron a los fenicios, griegos y cartagineses. Unos y otros extrajeron enormes cantidades de plata y oro.Según escribió Plinio, científico, naturalista y militar latino, había vetas que bien valía la pena explotar, pues podían extraerse pedazos de más de diez libras de metal precioso puro y fino que no era necesario fundir; se encontraba en las regiones de Astúrica, Galaecia y parte de la Lusitania.

En la zona de Zamora se abrieron muchas minas de estaño, plomo, hierro, de las que permanecieron vestigios hasta la actualidad.

Especial dedicación fueron para los romanos las vías de comunicación tan necesarias para el transporte de tantos productos y para el movimiento de las legiones siempre tan belicosas y dispuestas a imponer su superioridad. Construir vías de comunicación era una labor lenta y costosa en la que debían emplearse muchos miles de brazos dirigidos con gran inteligencia. Después de dos mil años, quedan muchos tramos de aquellas calzadas que hoy nos ayudan a conocer la topografía antigua y sirve para resolver el problema de la primitiva denominación de nuestra ciudad.

Según el "Itinerario" de Antonino, sería Oceloduro la actual Zamora.