Con el nuevo año también ha dado comienzo el pistoletazo de salida para las elecciones municipales y autonómicas de 2019, aunque para ser exactos ya llevábamos tiempo en ello. La comparecencia pública del presidente del PP de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, nada más acabar el periodo navideño no deja de ser esa primera carta de presentación de una formación que pretende revalidar la victoria ante las urnas y que, por supuesto, aspira a seguir al frente del Gobierno autonómico (ya se sabe que lo primero no conduce necesariamente a lo segundo).

Lo que se puede afirmar sin miedo al equívoco es que estamos ante una campaña larga, quizá demasiado larga. El PSOE de Luis Tudanca lleva, incluso, desde su congreso del pasado año en esa quinta marcha electoral, mientras que los populares saben que lo que hay en juego es tanto que van a poner la directa aun a riesgo de llegar al mes de mayo o junio del próximo año sin apenas resuello y con los argumentos quemados. Será interesante analizar todos los movimientos y mensajes en clave política durante estos primeros meses, así como las cábalas que ya están en boca de no pocos políticos y dirigentes: los posibles pactos postelectorales, el efecto o no del estirón catalán de Ciudadanos, la pelea por el voto de centro derecha o la representatividad del ala de izquierda en una Comunidad monocolor durante décadas.

De las palabras de Fernández Mañueco también se coligen varias cuestiones relativas a la probable estrategia del PP. Y, entre otras, cabe señalar la puesta en valor de su conocimiento del territorio, en especial del medio rural, y su apelación al voto útil frente a Ciudadanos, de un lado, y al populismo de izquierda, de otro.

En fin, tiempo habrá para ir desgranando las claves de esta precampaña en la que tampoco estaría de más que algunos, como es el caso del partido naranja liderado en Castilla y León por Luis Fuentes, se esforzaran en presentar un programa más allá de Albert Ribera e Inés Arrimadas como baluartes electorales.