Esta vez había ciertas esperanzas, no justificadas por lo que se ve, acerca de que Zamora se pudiese beneficiar de las ayudas del Gobierno a los proyectos pendientes, una petición que ya había sido denegada en dos ocasiones anteriores. Pero ni a la tercera fue la vencida. Y todo sigue como estaba antes, pese a los intentos del Ayuntamiento de la capital y de la plataforma empresarial Zamora 10. En su distribución anual del llamado 1,5 por ciento cultural del ministerio de Fomento, Zamora ha vuelto a ser excluida por completo una vez más, y eso que en esta ocasión, al parecer, las cosas habían sido hechas a tiempo y en la debida forma. Naturalmente, el reiterado rechazo se atribuye a que la ciudad cuente con un equipo de gobierno municipal de izquierdas, pero lo cierto es que en general, Castilla y León ha sido poco afortunada a la hora del reparto de los 6,8 millones de euros que corresponde a la región, pues también otras provincias como Burgos y Ávila se han quedado sin nada. Los del PP dirán lo que llevan años alegando: que es la provincia de mayor inversión en obra pública, algo que se basa únicamente en la construcción del paso del AVE entre Madrid y Galicia, pero nada más.

Así que los viejos planes del Mercado de Abastos y el Puente de Piedra tendrán que seguir esperando, a no ser que la Junta reactive sus promesas de ayuda a Zamora, porque todos esos proyectos que Zamora 10 agrupa y trata de dinamizar necesitan de dinero para llevarse a cabo, y solo de las instituciones pueden llegar esos fondos. Lo demás es mera voluntad, aunque bien está, y precisamente por eso la plataforma empresarial tiene que continuar al tanto de la situación, para impulsar a los centros de poder de la necesidad de no olvidar los asuntos pendientes e insistir en los mismos hasta su resolución. Si una puerta se cierra tendrá que abrirse otra, una ventana aunque sea, por donde respirar y mantener vivos la ilusión y el empeño. Ahí están los proyectos del museo de Semana Santa, del plan integral de turismo, el desarrollo de la gastronomía, y el resto de los planes principales sin financiación o sin financiación suficiente, o sea que habrá que seguir buscando por otros lados y eso se hará. Lo de la marca Zamora, mejor es dejarlo por el momento, dado como están las cosas.

Crudo lo tiene el Ayuntamiento de la capital y en general todos los ayuntamientos de la provincia, aunque eso no sea motivo para la rendición. Poco a poco, con arreglo a lo que se tiene, se van mejorando cosas, a nivel urbano y rural. La Diputación se está empeñando en ello, igualmente. Y los sindicatos quieren unirse al afán patronal, juntos pero no revueltos, anunciando un plan de dinamización, otro más. Los de CCOO culpan en parte al empresariado de una muerte lenta de la provincia, y ponen el dedo en la llaga cuando aseguran que es importante reclamar inversión pública, pero también inversión privada. Esa es la cuestión de siempre, claro. La falta de inversión ha hecho, según la denuncia del sindicato de clase, que los polígonos industriales se ocupen para almacenes, pero sigue sin haber un tejido empresarial productivo y el paro no desciende. Hay que hacer un frente común.