Entre los que se van y los que no vienen, Zamora se está quedando como un solar. Ni siquiera se puede dar la buena nueva de los nacimientos que antes se recibían en medio de la algarabía generalizada y era lo normal. Ahora es lo raro. En los paritorios de Zamora cada vez hay menos trabajo. La profesión de matrona corre peligro de desaparecer en nuestra ciudad, Dios no lo quiera. La natalidad está en mínimos históricos y es que ni los bebés se atreven a asomar su carita en esta Zamora que acabará como la antigua Panera Social.

Otro solar más en la asolada Zamora. Y siguen metiendo el pico y la pala en lugar de rehabilitar. En esta ciudad se han cometido atropellos arquitectónicos y urbanísticos a punta pala. La cosa empezó en tiempos de Franco, siguió con Psoe y PP y continua con Izquierda Unida. Gobierne quien gobierne, ni un solo gobernante aporta soluciones adecuadas. Ni un solo gobernante está a favor de la política rehabilitadora. Claro, ahí no queda el dinero contante y sonante que sí propicia la nueva construcción. Qué pena.

Menos mal que nuestro periódico informa de algo que se lleva esperando años. La disposición de la Concejalía de Urbanismo de impulsar la concesión de licencias. Si no se les aprietan las tuercas no hubieran reaccionado nunca, sentadas como están en su machito. La "Zamora harta", la "Zamora hasta el moño" ha sido la verdadera impulsora. Hay que ayudar a empresarios y emprendedores, empujando todos en la misma dirección y dejar de poner trabas burocráticas y zancadillas a quienes optan por abrir en otras capitales de provincia menos puntillosas.

Es un avance y como tal hay que recibirlo. El júbilo lo dejaremos para cuando se vean resultados. Para cuando, en verdad, no haya protestas ni enfados justificados por parte de quienes ven agotar su paciencia y sus recursos económicos en absurdas esperas. Cabe pedir que el edificio que sustituya al de Harinas Colino, sea un edificio en consonancia con los tiempos y no esos tan horrorosos a los que no terminamos de acostumbrarnos y que afean bastante el perfil de la ciudad.

Si lo de Urbanismo tiene solución nos daremos por satisfecho. A lo que no le veo solución es al problema de la natalidad. No se puede obligar a las parejas a colaborar con el censo teniendo a Zamora como la tienen, casi en cueros laborales y sin expectativas de futuro. No me resigno a que se hable de la muy noble como ciudad de jubilados, sin más atractivos. Porque no ha habido voluntad política en primer lugar y luego voluntad social para sacar adelante Zamora, porque de otra manera ni esto sería un solar ni estaríamos en situación de derribo.

Bienvenidos sean los avances. Especialmente en materia de licencias sobre las que pesa una leyenda negra, que más que leyenda es realidad. No podemos permitir que esta ciudad sucumba, que esta ciudad que agoniza, muera. Antes de dejarla como un solar, sin vida, hagamos lo indecible por preservarla de todo aquello que los agoreros vienen repitiendo para que no se cumpla.